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LA INCERTIDUMBRE ELECTORAL

El país se sumerge nuevamente en un clima de incertidumbre electoral con características muy particulares. Las posibilidades de un nuevo cambio de fecha crecen al ritmo del rumor político difundido por la magia de las redes sociales. La controversia sobre los resultados del 28J desaparece, pero la indefinición de los factores de oposición sobre su participación genera desconfianza en el proceso y división entre sus seguidores. El método de postulación aprobado por el PSUV puede abrir o cerrar el camino a los cambios políticos e institucionales necesarios para impulsar la transformación anunciada por el Presidente de la República. La dinámica política no permite distinguir los matices y la incertidumbre toma el escenario.


Normalmente, la incertidumbre electoral se circunscribe a elecciones presidenciales por su marcada incidencia en el Mercado de Valores, el Índice Bursátil y la definición de inversiones del gran capital. En este caso alcanza a las elecciones de gobernadores, diputados nacionales y regionales por la trascendencia que éstas pueden tener en la definición de cambios políticos y una transformación institucional que pueda quitar protagonismo y poder político a una burocracia que ha dado muestras de agotamiento, ineficiencia y corrupción administrativa.
En esta oportunidad las elecciones de gobernadores, diputados nacionales y regionales pueden generar un impacto determinante en la definición de políticas económicas y sociales que requieren una profunda transformación institucional que permita enfrentar los retos de los nuevos tiempos en el contexto de un mundo pluripolar y un país asediado por las pretensiones hegemónicas y supremacistas que tratan de frenar nuestra reinserción en un Mercado Internacional marcado por ese nuevo orden global.
Desde esta perspectiva la selección de los candidatos tiene que superar los tradicionales compromisos de amiguismo, compadrazgo y compañerismo que terminan favoreciendo a dirigentes de mediocres ambiciones sin la formación necesaria para un desempeño eficiente y eficaz en armonía con el compromiso político y la ética que exige cualquier cargo público. La postulación y selección de candidatos debe romper la incertidumbre electoral y abrir camino a la esperanza que permita recuperar la confianza en un proceso de generó grandes expectativas de cambio político y transformación social con propuestas inéditas que, en su momento, provocaron un incomparable entusiasmo colectivo.
Esa dirigencia que ha permanecido en las institucionales públicas a punta de marañas y zancadillas políticas, hoy luce agotada e inmersa en un discurso vacío de promesas vagas que generan desconfianza y un disimulado rechazo colectivo. Esa dirigencia debe colocarse al margen de la selección de candidatos y dejar el espacio a nuevos liderazgos con la formación y el compromiso para enfrentar el desafío de un tiempo de transformación.

En Guayana, el pueblo manifiesta, con sabio silencio, su rechazo a ese liderazgo agotado que pretende reciclarse y espera, con soberana paciencia, la grata convocatoria a postular y seleccionar nuevos candidatos con el perfil adecuado y un compromiso inquebrantable con el país. Las organizaciones políticas tienen la obligación de interpretar el momento histórico y abrir un espacio para que el pueblo sea el protagonista en la selección y postulación de los candidatos.
Para romper la incertidumbre sobre las elecciones de gobernador, diputados nacionales y regionales es imprescindible impactar con un valioso e incuestionable cuadro de candidatos. Cualquier producto electoral reciclado genera rechazo y desconfianza en la población. La pirámide de la Democracia Participativa y Protagónica se sustenta en una sólida base.
Estamos en una hora que exige a los dirigentes colocarse a la altura del momento histórico.

“Dirigentes hay, que al calor de los partidos han llegado a ser tales, a quienes se les reconoce no se sabe cuál oscuro poder para influir en la decisiones y manejos internos, pero de quienes pocos pueden presumir de haberles oído una opinión concreta sobre un asunto cualquiera”.

Alfredo Maneiro

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