Caicara, la nave del olvido.

Por: Adriana Hurtdado

 

Así llama alguien a la capital cedeñense a causa de tanto abandono

Cuando veo en las redes sociales imágenes como la que aquí muestro, no puedo pasarlas por alto y mucho menos puedo dejar de escribir acerca de esta situación que nos aqueja a todos por igual. Como bien lo dice allí, Caicara es la nave del olvido, imagino que haciendo referencia aquella vieja canción que insiste en no condenar al olvido lo vivido…

Tal vez seamos recurrentes, repitentes y reiterativos al hablar del tema servicios públicos en Caicara, pero no queda de otra cuando es el clamor general. Ningún servicio funciona y cuando se cree que las cosas pueden mejorar y cambiar un poco, caemos en la misma anarquía de siempre.

Aseo Urbano: Son más de dos años sin este servicio. Sólo en las principales avenidas y en la zona comercial se cumple en parte con la recolección de desechos, lo que no sucede con los distintos sectores de la población y los habitantes se ven obligados a ingeniárselas para poder deshacerse de la basura de sus casas, algunos pagando a particulares, otros quemando o dejando ellos mismos los desechos en lugares no adecuados para tal fin.

Tuvimos conocimiento de que el encargado de la dirección de Servicios Públicos de la municipalidad había cambiado y que al parecer se encontraba organizando la mencionada dirección e incluso había comenzado a desmalezar y a fumigar; pero como siempre no cuenta con los recursos suficientes para realizar el trabajo. Imagínense que carece de algo tan simple como el combustible, tanto para operar el único vehículo que tiene, como para fumigar que tanta falta hace, ya que los zancudos mutantes cada día nos invade más. Ni hablar del químico contra los insectos.

Telecomunicaciones: Este es otro tema crucial del que ya hemos hablado en varias oportunidades; pero que lamentablemente hay que seguir tocando, pues si en un momento dijimos que Movilnet no funcionaba, pero que podíamos al menos comunicarnos a  través de CANTV, las cosas han cambiado, porque la compañía telefónica ha ido en detrimento y cada día es más difícil mantenernos comunicados en el país de la coroba. No quiero imaginarme si ocurre lo del 2018 y volvemos a quedarnos incomunicados por un mes.

Bien sabemos lo que esto implica. Pues no sólo es el poder hacer una llamada y mantenernos en contacto con el mundo exterior –cosa que ya es bastante difícil en Caicara- sino que esto nos dejaría imposibilitados para adquirir productos de primera necesidad como alimentos. Recuerden que sin las telecomunicaciones no funcionan los puntos de venta.

Agua: el agua es otra variable a considerar en este juego macabro que tal parece que apuesta al desgaste de la ciudadanía. Y aunque durante el último mes no podemos quejarnos porque por lo menos llega a los hogares con cierta regularidad, sí deja mucho que desear en cuanto a calidad, ya que como todos sabemos está lejos de ser un agua potable, al contener gran cantidad de sedimentos. El líquido que recibimos en nuestros hogares, es de un color turbio que tal parece jugo de tamarindo o papelón con limón. Sin contar los ríos que recorren la ciudad, gracias a los innumerables tubos rotos sin reparar que podemos encontrar en cualquier punto de Caicara.

Así pues, podemos estar aquí días enumerando los problemas que en cuanto a servicios aquejan a la capital cedeñense. Lo verdaderamente importante es hacer el llamado para que las autoridades correspondientes asuman su verdadero rol y se ocupen de solucionar pronta y oportunamente las necesidades del pueblo. Estamos en año electoral (nuevamente)  postulaciones van y postulaciones vienen, hay candidaturas a granel. Esperemos que alguno se fije realmente en lo que verdaderamente importa y no continuemos en la nave del olvido o lo que es peor a la deriva.