EL “CANDIDATO TAPA” ES EL SUSTITUTO

El “candidato tapa” fue destapado para convertirlo en el sustituto. Edmundo González Urrutia ha sido escogido y designado por los factores políticos que conforman la Plataforma Unitaria Democrática como candidato unitario de la oposición. Una decisión que mueve el tablero y cambia el escenario electoral porque aglutina y compromete a la oposición con la ruta democrática de las Elecciones Presidenciales.
El escenario electoral no está totalmente definido y pueden ocurrir cambios sorpresivos. La candidatura de Edmundo González está inscrita, fue admitida por el CNE y no fue impugnada durante el lapso previsto para tal fin. Sin embargo, es necesario esperar cuál será la reacción del CNE porque el 18 de marzo de 2024, Luis Ratti introdujo ante el Tribunal Supremo de Justicia –TSJ- un recurso solicitando la nulidad de la tarjeta de la MUD. Esta solicitud se basa en una decisión del TSJ en enero de 2018 mediante la cual se ordena al CNE excluir a la MUD del proceso de legitimación de partidos políticos alegando que está conformada por organizaciones políticas que ya han sido legitimadas y eso evidencia doble militancia. Esta es la tarjeta con la cual se postuló a Edmundo González.
Manuel Rosales resistió despiadados ataques de sus compañeros y siempre mantuvo su posición de ser candidato unitario o entregar la tarjeta con su respectivo lacito. Evaluó y sopesó sus posibilidades hasta comprender que su nivel de aceptación es muy bajo porque concentra un inmenso rechazo en todos los sectores de sociedad venezolana. Un liderazgo agotado que tuvo la acertada decisión de declinar su candidatura a favor de Edmundo González para hacer honor a su postura pública.
María Corina Machado no asumió protagonismo para anunciar la decisión y prefirió esperar la reacción del CNE para aparecer en un escenario más definido y levantar la mano del “candidato tapa” hasta proyectarlo como el sustituto. Su apoyo se conoció por intermedio de sus voceros sin correr el riesgo que se repita la tragedia de la sustituta. El inefable Barbosa apareció como el frio y calculador dirigente político que asume el papel de equilibrio en una balanza que se mantiene inestable.
Con esta decisión, la oposición reafirma su disposición a transitar el camino electoral sin reconocer sus errores que tanto daño han causado al país y ratificar su disposición de dejar a un lado los atajos antidemocráticos. En esta decisión también se percibe la orientación e instrucciones del gobierno norteamericano que mantiene un control férreo de todo el aparataje político, electoral y financiero de la oposición.
Si la oposición atraviesa los vericuetos legales del CNE y el TSJ para consolidar administrativamente la candidatura del sustituto, comienza una batalla electoral de impredecibles dimensiones con protagonismo de un candidato emergente a quien no se le conoce responsabilidad en los errores históricos de la oposición y sus acciones contra el país invocando sanciones e injerencia de fuerzas extranjeras. Un candidato alejado de las políticas desestabilizadoras, aunque haya contribuido con su silencio.
En un escenario electoral con un candidato unitario de la oposición y un candidato del chavismo, los “alacranes” no trascienden y se impondrá el nivel de organización, capacidad de movilización de electores y coherencia en el discurso. La polarización ya no sirve como estrategia para el chavismo y para la oposición es lo más conveniente.
La dinámica social y política del país en los próximos meses estará marcada por las Elecciones Presidenciales…el cuadro electoral comienza a definirse.

 

“Amada mía, querida mía ¡Ay patria mía!
De tumbo en tumbo, se pierde el rumbo de la alegría. ¡vamos arriba!
Que no se diga que estás llorando.
Que tus heridas mal avenidas se irán curando”.

Alberto Cortez

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