LOS MUERTOS QUE VOS MATAIS

Hay frases que por lo repetitiva se incrustan en el ideario colectivo y se mantienen sin alteraciones, hasta que un acucioso se encarga de indagar y destroza la versión impuesta, que sigue indemne por efecto del tiempo. Aun en época de las comunicaciones globales cuesta mucho imponer nuevas versiones de hechos consumados por la facilidad de la gente en quedarse con la primera versión, reforzada por la creencia colectiva. “Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud” se atribuye a parte del parlamento de la obra Don Juan Tenorio de José Zorrilla (1.844), estudiosos del teatro la ubican 200 años atrás en la comedia francesa “Le Menteur” (El Mentiroso) escrita por Pierre Corneille en 1.643. Independiente de la paternidad de la frase, la misma se utiliza corrientemente para destruir afirmaciones falsas e inexactas. Traigo esto a colación para analizar una de las tantas estrategias inocuas y estériles empleadas por el gobierno para distraer la atención del pueblo de el hecho transcendental como son las elecciones presidenciales de este año. Podemos decir con franqueza que no esta errado en el destino, esta equivocado en la ruta. Objetivamente sabemos que la estrategia que más dividendos puede dar al gobierno es que no se celebren las elecciones, que de celebrarse no voten mayoritariamente y se promueva la alta abstención, que de votar mucha gente no se permita la asunción del nuevo gobierno, que de asumir el nuevo gobierno se le sabotee toda la gestión que no pueda desarrollar su plan de gobierno. Es decir, mientras en la oposición jugamos a nuestro plan A como única alternativa, el gobierno tiene el abecedario completo. Pero volvamos al tema, cuando se revivió el dormido conflicto limítrofe del Esequibo muchos pensamos en que las estrategias internas aplicadas a los conflictos serian las mismas que se utilizarían con nuestros vecinos, ahorcar hasta lograr mesas de negociaciones donde obtenemos dividendos a cambio de promesas que no se cumplen, para muchos en esta fecha ya aspirábamos que al menos PDVSA estuviese con sus socios explorando parte de nuestro territorio en reclamación confirmando los hallazgos de hidrocarburos y negociando al menos, ganancias compartidas en los proyectos de explotación en aguas territoriales. Sólo así se podría justificar el movimiento de tropas y equipos militares, fragatas y vuelos, instalación de organismos de identificación y control, nombramiento de autoridades en la zona, la estructuración y celebración atropellada de un referendo donde se quedaron sin aire inflando unos resultados que ni el más fanáticos de sus adeptos cree verdaderos y todo un bombardeo informativo que se apago de manera intempestiva hasta hace pocos días en los cuales se prohibió el sobrevuelo de los aviones argentinos por nuestro espacio aéreo, para recibir la cachetada que los mismos se desvían sobre territorio Esequibo en sus rutas internacionales, un golpe diplomático más rudo de lo que se percibe, entendiendo Maduro regaló a su homologo de Guyana un cofre con presentes hechos en Venezuela y prometieron una rebaja en las tensiones por la disputa territorial, permitiendo que los vuelos de todas las aerolíneas argentinas con destino a los Estados Unidos y Punta Cana principalmente, sobrevuelen el espacio aéreo de la zona en disputa burlándose de la prohibición y dejando en ridículo al gobierno, además de afianzar la posición de Guyana sobre el mismo en sus ejercicios posesorios. En definitiva, no hay nada nuevo, desde hace mucho tiempo todas las aeronaves venezolanas al entrar en el territorio en disputa deben cambiar la frecuencia para recibir instrucciones de las autoridades aeronáuticas de Guyana, como una aceptación tacita de su temporal soberanía que no se ha visto afectada en lo más mínimo por la serie continuada de estrategias del gobierno de Venezuela. Parafraseando el título del artículo podemos decir que “Los aviones que derribaste, siguen volando sobre la casa del vecino” Otra menos para el gobierno. Seguiremos conversando. Claudiozamora06@gmail.com

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