La encrucijada del 21N

En Venezuela están convocados los comicios para elegir a 23 gobernadores,  253 legisladores; 152 por voto lista, 93 por voto nominal y 8 indígenas, 335 alcaldes, 2.471concejales, 1.420 por lista , 982 por voto nominal y 69 por representación indígena, de acuerdo con la convocatoria oficial del CNE.

La elección será el 21 de noviembre del 2021. Estos comicios están convocados en medio de una larga crisis económica,  política,  social y pandémica sin precedentes y también en medio de la desconfianza mutua entre el gobierno y la oposición y la indiferencia y hartazgo político de los ciudadanos que no terminan de aceptar que ese evento electoral tenga la fuerza suficiente – independiente de sus resultados- para conjurar una crisis de carácter nacional que se prolonga en el tiempo sin posibilidad cierta de ser resuelta en el corto o mediano plazo.

Sin embargo,  las elecciones están en pleno desarrollo, con avances, retrocesos, acuerdos y negociaciones complejas, que se atienden día a día y donde la opacidad informativa es lo más destacado. El gobierno para este proceso comicial convocó procesos internos que solo ellos entienden, donde los que ganan pierden y los que no participan terminan siendo candidatos, ese método trajo desencuentros públicos que fueron resueltos o atendidos por las autoridades del PSUV «manu militari» como es habitual.

A estas alturas del juego – entiendo – que ya tienen proclamados sus candidatos en todo el país. La oposición democrática que lidera Juan Guaidó y la Plataforma Unitaria todavía no anuncia su participación de manera oficial – aunque salvo un obstáculo de última hora se da por descontado su participación- el resto de las «oposiciones» como le gusta nominarlas a Maduro, es decir la llamada Alianza Democrática, anunció sus candidatos en toda Venezuela sin mayores detalles; el restos de las «oposiciones» que yo llamo versos sueltos están intentando acuerdos con la oposición democrática y la que más destaca es Fuerza Vecinal que al parecer tendrá candidatos en buena parte de Venezuela según informan los dirigentes de esa formación donde se destacan los 4 alcaldes del área metropolitana de Caracas y exdirigentes de conocidos partidos del denominado G4. Hasta aquí todo marcha -relativamente normal- en tema de candidatos y postulaciones, aunque la «procesión va por dentro» tanto en el gobierno como en la oposición democrática.

Quien tiene mayores dificultades para enfrentar con éxito este proceso – en mi opinión- es la oposición democrática por cuanto existen muchas indefiniciones y dispersiones por variadas razones: los que no creen que existan condiciones y garantías para participar y los que avalan la participación como un mecanismo de lucha y algunos en clave interna y de futuro es decir ven la participación y sus resultados – los que sean – como un » plebiscito interno » de cara a la continuación o vigencia del gobierno interino. Esa falta de unidad estratégica y de agendas «ocultas » puede ser muy dañina para lograr la unidad necesaria para enfrentar los nuevos desafíos políticos que pueden derivarse de las negociaciones del gobierno y de la oposición en México.

No la tiene fácil la oposición y muchos dirigentes piensan que si la decisión de participar es unitaria será tarde y sin resolver de manera conveniente las distintas candidaturas que están en la calle y al parecer nadie cede y todos se sienten «salvadores de la patria» y en consecuencia amenazan con ir al proceso con la «bendición» del G4 y la Plataforma Unitaria o la «maldición» de ambos.

Es muy complejo y audaz dar un pronóstico como saldrá la oposición democrática de su laberinto  pero me aventuro a decir que no saldrá bien librada. De corazón deseo equivocarme.

El gobierno tiene claro su objetivo: más allá  de ganar o perder todas las gobernaciones – cosa improbable- o ganarlas todos -también improbable-  su meta es lograr que la participación electoral sea lo más concurrida posible para derribar la tesis de la abstención,  sacar «pecho» de la normalidad democrática y reclamar levantar las sanciones que pesan sobre la administración de Maduro y sus funcionarios,  el gobierno está conscientes del poco entusiasmo electoral y del hartazgo ciudadano por eso el CNE regala tarjetas, habilita candidatos, intenta ser ecuánime para incentivar la participación en medio de un creciente malestar económico y una pandemia que no cesa y muy mal manejada en la logística y en lo comunicacional. En definitiva la apuesta del gobierno es lograr una participación «potable» y si los electores votan en un 30 % la celebración será planetaria y seguramente darán por descontado que la «revolución» tiene «vida propia» larga e indefinida.

Por lo demás sin ser «agua fiesta» creo que no hay posibilidad de convertir los comicios convocados en una «fiesta electoral «eso no es posible ya que la desconfianza en el CNE persiste , el ventajismo del gobierno no cede y la atomización de los partidos de la oposición no ayuda para que se prenda la «fiesta electoral» si le agregamos la falta de gasolina y seguramente la falta de recursos económicos para atender las exigencias de una campaña electoral en medio de una hiperinflación es forzoso concluir que a lo mejor la anunciada «fiesta electoral» termina en un humilde y solitario «templete». No es mi deseo, es la percepción generalizada y en política la percepción es realidad.

En el caso puntual del estado Bolívar, el gobierno tiene su candidato que nadie eligió ni participó en las «primarias» del PSUV que ganó Tito Oviedo o mejor, perdió Justo Noguera,  pero Ángel Marcano es el abanderado y está en la calle oficiando de  gobernador electo» al reunirse con militares, directivos de la CVG y de las arruinadas empresas de Guayana.

La oposición democrática de Bolívar  – al momento de escribir esta nota – no ha decidido oficialmente quién será su abanderado a la gobernación sin embargo de manera «oficiosa» se da por descontado el nombre de Raúl Yusef como candidato del G4 (como les gusta identificarlo sus partidarios) Guayana Libre tiene hace tiempo su candidato Américo De Grazia y el resto de las «oposiciones» no dan señales de vida – aunque- se comenta que Fuerza Vecinal iría con candidato propio. Este es el panorama electoral en Venezuela; el lapso de inscripción de candidatos se prorrogó hasta el 1 de septiembre y a partir de esa fecha sabremos con certeza quiénes son los candidatos del gobierno de la Plataforma Unitaria y la «oposición versos sueltos» que tienen la ilusión de derrotar no al gobierno sino a la oposición democrática venezolana que dirige Juan Guaidó y la Plataforma Unitaria. Amanecerá y veremos .

Por: Luis Beltrán Franco

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