EL ALICAÍDO CHANTAJE DE LAS SANCIONES

Las denominadas sanciones unilaterales impuestas contra Venezuela se han devaluado como medidas coercitivas porque su aplicación solo ha servido para desnudar el pretendido nivel de injerencia de EEUU en los asuntos internos del país. Hoy, el gobierno de Joe Biden necesita suspender las sanciones para negociar garantías en el suministro de petróleo y gas venezolano que ayuden a paliar su crisis energética interna. El anuncio amenazante y desesperado de algunos voceros del gobierno de EEUU, luego de la inhabilitación definitiva de María Corina Machado, se convierte en un vulgar chantaje. Un chantaje sin trascendencia ni efecto porque todo terminará en una mesa de negociación.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) adscrita al Departamento del Tesoro de EEUU anunció la decisión de revocar una licencia que permitía a la empresa MINERVEN la extracción y comercialización del oro venezolano en el mercado internacional. Inmediatamente, Matthew Miller como vocero autorizado del Departamento de Estado anunció que EEUU no renovará la licencia del sector petrolero y gas cuando expire el 18 de abril de 2024. Decisiones que se pretenden tomar al conocer la inhabilitación definitiva de María Corina Machado. Al día siguiente Juan González, en representación de la Casa Blanca, solicita a Venezuela una reunión para evaluar la aplicación o suspensión de las sanciones unilaterales. Esta escaramuza política será superada por acuerdos que garantizan más petróleo para EEUU y menos presión para Venezuela en el mercado internacional. Lo electoral pasó a un segundo plano.
Las garantías electorales no constituyen la verdadera preocupación del gobierno norteamericano. La actitud, los encuentros y desencuentros entre los voceros de los gobiernos de EEUU y Venezuela esbozan la dinámica de los acuerdos para flexibilizar o eliminar las sanciones a cambio de garantía para el suministro de petróleo y gas. La candidatura de la señora Machado no vale más que el petróleo que EEUU necesita con urgencia y el gobierno venezolano lo puede garantizar por un largo periodo. El pragmatismo estadounidense entiende que el petróleo de Venezuela es más trascendental que la candidatura de María Corina Machado.
Es necesario resaltar que no hay un cambio de paradigma en las relaciones bilaterales de EEUU y Venezuela. Lo que prevalece es un cambio de ruta inducido por un informe denominado “Venezuela en 2023 y más allá: trazando un rumbo distinto” presentado por el Wilson Center (Un tanque de pensamiento adscrito al Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson). Un documento que plantea la necesidad de la negociación para alcanzar acuerdos que favorezcan a ambos países. Una premisa que no compromete acciones para buscar solución a los grandes problemas de Venezuela, ni políticas dirigidas a su recuperación económica, pero advierte que no se justifica la insistencia en medidas coercitivas que profundicen la hostilidad cuando lo necesario es la coexistencia para aprovechar la gran reserva petrolera de Venezuela. En ese contexto, la oposición aparece como un instrumento desechable que EEUU tutela, financia y dirige a su antojo.
En Venezuela, las sanciones han tenido repercusiones no previstas. Provocaron la aparición de nuevos actores y contrastes sociales que se reflejan entre la informalización de la economía como mecanismo de sobrevivencia y cuantiosas inversiones de un capital privilegiado como los grandes bodegones o empresas dedicadas a la importación que sirven para justificar enriquecimiento fácil y rápido. Las sanciones han facilitado el enriquecimiento de una minoría y el empobrecimiento de una inmensa mayoría que vive con profundas carencias sociales y materiales.
También es necesario reconocer que las sanciones impuestas contra el país han sido utilizadas para justificar la ineficiencia, la ineficacia, los efectos de la corrupción administrativa y el fracaso de políticas públicas. Ahora la gente considera que las sanciones tuvieron un efecto devastador y hoy son parte de una negociación que puede abrir cauce a la recuperación económica del país.
La posible renovación de las sanciones unilaterales contra el país en respuesta a la inhabilitación de María Corina Machado no pasará de un escarceo de micrófonos porque el gobierno de EEUU necesita suministro seguro de petróleo, Venezuela necesita reinsertarse en el mercado petrolero internacional para avanzar en la recuperación del aparato productivo y ambos necesitan restarle posibilidades a un eventual retorno de Donald Trump.
El escenario electoral se definirá sin el chantaje de las sanciones y con muchos candidatos…originales y prefabricados.

“A pie, alegre, salgo al camino real,
soy sano, soy libre, el mundo se extiende ante mí,
el largo camino pardo me llevará adonde yo quiera.
Ya no llamo a la fortuna, yo soy la fortuna,
ya no lloriqueo, no difiero mis actos, no necesito nada
…vigoroso y contento recorro el camino real.”

Walt Whitman

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