Bukele se declara vencedor con más de un 85% de los votos en las elecciones de El Salvador: «Sin él, el país era el caos»

Aunque los datos no están todavía disponibles, el presidente ya se proclama ganador incuestionable y asegura que su partido tendrá 58 de 60 diputados
Nayib Bukele tenía tan clara su victoria que un día antes de las elecciones, ya estaban colocados frente al Palacio Nacional los altavoces y las grandes pantallas para celebrar su segundo mandato ante miles de seguidores. De hecho, ya se ha declarado vencedor de las elecciones, aunque los datos todavía no se conocen. Nadie tenía dudas de su aplastante victoria, que vino precedida de una interpretación sui generis de la Constitución, que prohíbe en varios artículos su reelección.
Asegura, aún sin los datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral, que, de acuerdo a sus números, ha ganado la elección presidencial con más del 85% de los votos, mientras que su partido, Nuevas Ideas, obtuvo «un mínimo de De hecho, ya se ha declarado vencedor de las elecciones lo que, según subrayó, supone «el récord en toda la historia democrática del mundo».
Tras acudir a votar a las 15.00 horas con un gran dispositivo de seguridad junto a su mujer y su madre en la avenida Olímpica, Bukele ofreció en un hotel una conferencia de prensa para medios internacionales en la que defendió que ésta es «la primera vez en la historia que El Salvador tiene democracia y no lo digo yo, sino el pueblo, que dice que quiere un régimen de excepción y la política de seguridad del presidente». En este sentido, señaló que, en unas horas, «vamos a saber si quieren que continúe este presidente que ya saben cómo trabaja y una Asamblea Legislativa con una configuración todavía mayor a la actual a favor de lo que el Gobierno está haciendo».
De este modo, Bukele recalcó que en El Salvador, «no estamos reemplazando la democracia, sino trayéndola a este país que ha vivido el control de dos élites no solo increíblemente corruptas, sino asesinas porque mataron al pueblo, se repartieron el país con los acuerdos de paz y se pasaron 30 años entrenando a los pandilleros con dinero público en los campos de tiro para que aprendieran a disparar en la cabeza y en el corazón», en referencia al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y la Alianza Republicana Nacionalista. Por ello, negó que El Salvador sea una «dictadura», como según censuró, publican algunos periodistas que llegan al país «y me ponen como que soy Hitler», mientras «la gente está votando en democracia en unas elecciones libres y con total transparencia».
Por otro lado, aseguró que El Salvador ha demostrado el mundo que, pese ser el país más pequeño, «peligroso y desahuciado de toda América», se ha podido resolver el problema «más grave» que tenía el país, en referencia a la violencia desatada por las pandillas. Bukele indicó que «en el fondo debe doler mucho» que el país centroamericano lo haya hecho rechazando todas las ideologías que no tienen sentido y puso como ejemplo a España donde «están sufriendo por culpa de la aplicación de esas ideologías».
Tras asegurar que no cree necesaria una reforma constitucional que incluya la reelección indefinida, Bukele defendió que su Plan de Control Territorial, puesto en marcha en 2019 y el régimen de excepción, implantado desde el 27 de marzo de 2022, han logrado «superar el cáncer con metástasis que eran las pandillas, que tenían controlado el 85% del país».
Para conseguirlo, aseveró que «hicimos la cirugía, la quimioterapia y ahora estamos haciendo la radioterapia», por lo que mostró su confianza de que «vamos a salir sanos» porque «resolvimos lo que nos estaba matando y la foto no es tan mala como se esperaba, dado que crecimos en el PIB y ahora solo queda recuperarnos, por lo que se viene un periodo de prosperidad».
Preguntado sobre la detención de personas inocentes durante el régimen de excepción, Bukele subrayó que eso sucede con todas las policías del mundo y citó a países como España o Francia. No obstante, defendió que, en El Salvador, se arrestaron a más de 70.000 personas porque era el «lugar más peligroso del mundo con mayor número de asesinos» y ahora se ha convertido en el «país más seguro del hemisferio americano».
La jornada en la que más de 6,2 millones de salvadoreños estaban llamados a las urnas se celebra con normalidad, salvo por algunos problemas para constituir las Juntas Receptoras de Votos, que retrasaron la apertura de algunos colegios hasta dos horas.
Desde las 7.00, la población acude de forma masiva a los colegios electorales, para lo cual se habilitaron buses gratuitos, algunos de los cuales llevaban música a gran volumen para animar la jornada.
En dos cajas de cartón depositan su voto para la Presidencia y elegir a los 60 diputados de la Asamblea Nacional. Militares y policías fuertemente armados custodian los centros de votación en cuya entrada, el partido de Bukele, Nuevas Ideas, había instalado carpas con voluntarios que iban informando a los votantes de la mesa que les correspondía. En algunas ocasiones, incluso simpatizantes de este partido acompañaban a algún votante con discapacidad hasta la misma mesa donde iba a emitir su voto.
Pese a ser una jornada festiva, los mercados callejeros están abiertos y vendían gorras y camisetas con la imagen de Bukele con una gorra al revés y en las que se leía «Dios, Unión, Libertad», así como 2024-2029, en referencia al que será su segundo mandato presidencial de cinco años.

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