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¿…Y DESPUÉS DE LAS ELECCIONES PRIMARIAS?

Por: Darío Morandy CRISIS CIVILIZATORIA Y CRISIS DEL PENSAMIENTO

Las elecciones primarias de la oposición, convocadas para este domingo 22 de octubre, siguen sumergidas en una dinámica de contradicciones, renuncias, deserciones, decepciones, traiciones y negocios de baja ralea. Los factores políticos que participan en la contienda no han logrado conectarse con las necesidades de un electorado que no tiene entusiasmo ni aliento para para votar en las primarias, ni en las presidenciales. La incertidumbre política domina el escenario y resulta espinoso vaticinar qué pasará después de las elecciones primarias.
Cuando el G4 (AD, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo) decidió convocar las elecciones primarias, su objetivo era garantizar la continuidad del financiamiento internacional, explorar un mecanismo de unidad como sustituto del fenecido Gobierno Interino y aglutinar los factores de oposición en torno a una estrategia de polarización política matizada con negociación tras bastidores. Se alborotaron las ambiciones, agudizaron las contradicciones y comenzó un torneo de zancadillas políticas. Las elecciones primarias se convirtieron en un retorcido proceso que abrió todas las grietas de la oposición y desnudó sus debilidades.
En este momento, las elecciones primarias constituyen la única estrategia política de la oposición, pero no han servido para encontrar un punto de convergencia y quien logré la mejor zancadilla tiene mayor oportunidad de salir airoso. La agenda de las primarias no incluye los grandes problemas del país, ni el voto independiente. Es una confrontación de intereses particulares con un debate trivial que no incluye ningún proyecto para reactivar el aparato productivo, recuperar el Estado de Bienestar Social y garantizar la paz en un país donde todos aspiramos vivir con dignidad.
Los últimos acontecimientos en torno a las elecciones primarias han incrementado la desconfianza de la población en la oposición. La gente se pregunta de dónde salen 12 millones de dólares para financiar tantos candidatos prefabricados y exprés. Las renuncias de varios candidatos y organizadores no son casualidad, ni resultado de análisis electorales. Esas renuncias son las secuelas de negociaciones donde la decadente cúpula de Acción Democrática ha puesto en marcha todas sus argucias para que su candidato se imponga por la inhabilitación de quien aparece como virtual ganadora de las elecciones primarias.
Este accidentado y contradictorio proceso electoral se realizará en medio de profundas deficiencias organizativas como la falta de ubicación de centros electorales, deficiente registro electoral, conteo manual que no genera confianza, falta de garantía de seguridad para los participantes y expectativas inciertas sobre la participación. Algunas encuestadoras hablan de una concurrencia aproximada de 1.500.000 electores, otras aseguran que puede llegar a 3.000.000; ambas cifras son expresión de desconfianza en el proceso y sus protagonistas.
Sea cual sea el resultado final de las primarias, la oposición saldrá más debilitada, fracturada, sin posibilidades de un candidato único y sin perspectivas para canalizar el descontento popular. Su esperanza está puesta en el “voto espontáneo” como variante electoral aunque tenga la convicción de que ese voto no es garantía en una elección presidencial.
Las elecciones primarias es una estrategia perecedera cuya culminación y resultados no influirá en las largas y secretas negociaciones que adelanta el Gobierno Nacional con EEUU para lograr la supresión o flexibilización de las sanciones a cambio de garantías electorales y suministro de petróleo. Cualquier acuerdo entre ambos gobiernos dejará a la oposición en un limbo mayor. En ese escenario, la decadente cúpula de Acción Democrática tiene ventaja…Amanecerá y veremos…

 

“Tantas veces me borraron tantas desaparecí a mi propio entierro fui solo y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después que no era la única vez y seguí cantando.
Cantando al sol como la cigarra después de un año bajo la tierra igual que el sobreviviente que vuelve de la guerra”.

María Elena Walsh

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