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Tuberculosis: Una Amenaza GlobaL

Saludos estimados lectores de #ELCONSULTORIO y @SOLOPARAPOLITICOS, hoy en nuestra lectura semanal estaremos tratando sobre una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo a lo largo de la historia, una enfermedad afecta principalmente a los pulmones, pero puede propagarse a otros órganos del cuerpo: LA TUBERCULOSIS O TBC
La TB es una enfermedad de distribución mundial, pero su prevalencia varía según la región. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 se registraron aproximadamente 10 millones de casos nuevos de TB y 1.4 millones de muertes relacionadas con la enfermedad. Los países con las tasas más altas de TB incluyen India, China, Indonesia, Filipinas, Pakistán, Nigeria, Bangladesh y Sudáfrica, a nivel de América del Sur los mas afectados son Brasil y Perú. La TB se transmite de persona a persona a través del aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. La mayoría de las personas infectadas con Mycobacterium tuberculosis no desarrollan la enfermedad activa, ya que su sistema inmunológico es capaz de contener la bacteria en un estado latente. Sin embargo, aproximadamente el 5-10% de las personas infectadas desarrollarán TB activa en algún momento de su vida, especialmente si tienen un sistema inmunológico debilitado, si hay carencia o poco acceso a servicios de salud adecuado, al igual que una alimentación deficiente que conlleva a la mal nuturicion.
Los síntomas de la TB varían según la localización de la infección. La TB pulmonar, que es la forma más común, se manifiesta con síntomas como tos persistente, esputo con sangre, dolor en el pecho, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos. La tos persistente que dura más de tres semanas es uno de los signos más característicos de la TB pulmonar. La TB extrapulmonar, que afecta a otros órganos del cuerpo (GENITALES, HUESOS, CEREBRO), puede presentarse de manera diversa dependiendo del órgano afectado. Por ejemplo, la TB ganglionar puede causar inflamación de los ganglios linfáticos, la TB pleural puede provocar derrames pleurales y la TB miliar puede afectar múltiples órganos y sistemas simultáneamente.
El diagnóstico de la TB se basa en una combinación de factores clínicos, radiológicos y microbiológicos. Las pruebas de esputo, la radiografía de tórax y la prueba de la tuberculina son herramientas diagnósticas comunes. Además, las pruebas moleculares, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), se utilizan para detectar el ADN de Mycobacterium tuberculosis en muestras clínicas.
El tratamiento de la TB consiste en un régimen de antibióticos de múltiples fármacos administrado durante un período prolongado, generalmente de seis a nueve meses. Los medicamentos de primera línea incluyen isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol. Este enfoque de tratamiento es esencial para garantizar la eliminación completa de la bacteria y prevenir la resistencia a los medicamentos. La adherencia y cumplimiento al tratamiento es crucial, ya que la interrupción o el abandono del mismo puede llevar al desarrollo de cepas de TB resistentes a los medicamentos (TB-MDR). La TB-MDR es más difícil de tratar y requiere el uso de medicamentos de segunda línea, que suelen ser menos efectivos y tienen más efectos secundarios. En algunos casos, los pacientes con TB-MDR pueden desarrollar TB extremadamente resistente a los medicamentos (TB-XDR), lo que complica aún más el tratamiento y aumenta el riesgo de fracaso terapéutico. Es fundamental que los pacientes sigan el tratamiento prescrito por sus médicos y asistan a las consultas de seguimiento para garantizar una recuperación completa.
Entre los medicamentos actuales tenemos: Isoniazida. Rifampicina. Pirazinamida. Etambutol.
En los casos de Tuberculosis y embarazo para la madre la TB puede aumentar el riesgo de complicaciones como preeclampsia, sangrado vaginal y abortos espontáneos. Además, la enfermedad puede afectar negativamente la salud general de la madre, aumentando el riesgo de infecciones secundarias y complicaciones respiratorias incluso la muerte. Para el feto, los bebés nacidos de madres con TB no tratada pueden tener bajo peso al nacer, parto prematuro y mayor riesgo de mortalidad perinatal. La TB también puede afectar el desarrollo fetal y aumentar la probabilidad de recién nacidos con bajo peso para la edad gestacional. En estos casos la prueba cutánea de tuberculina y la prueba de sangre son seguras durante el embarazo. Es crucial realizar un diagnóstico temprano para iniciar el tratamiento de forma oportuna.
Hay que recordar que la tuberculosis sigue siendo una enfermedad prevalente y mortal en muchas partes del mundo. A pesar de los avances en el diagnóstico y tratamiento, la TB continúa siendo un desafío global, especialmente en países con altos niveles de pobreza y sistemas de salud deficientes. La prevención y el control de la TB requieren un enfoque integral que incluya la detección temprana, el tratamiento adecuado y la adherencia a los regímenes terapéuticos.
Es por ello la importancia de recordar que la mejor forma de curación es la prevención. Gracias y hasta la próxima edición. Para cualquier comentario o tema de su interés por el 04166852860 o @DRJOSEMERHEB @SOLOPARAPOLITCIOS

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