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TIPS DE ELIAS ROJO

1.- NO HAY ESCALAMIENTO, AUNQUE LA TENSIÓN AUMENTA. El conflicto Venezuela–Estados Unidos se encuentra en una fase de tensión contenida, con señales mixtas que no permiten afirmar con certeza si hay escalamiento o desescalamiento sostenido. Aunque no hay ruptura total, las relaciones siguen marcadas por desconfianza. Se mantienen canales técnicos en temas migratorios, energéticos y humanitarios, pero sin avances estructurales. Washington mantiene sanciones económicas claves, especialmente sobre el sector petrolero y financiero. Algunas licencias específicas han sido renovadas, pero con condiciones estrictas. Caracas denuncia injerencia y presiones geopolíticas, mientras que EE.UU. insiste en reformas democráticas como condición para normalizar vínculos. No hay escalamiento militar directo, pero sí un aumento de la presión simbólica y narrativa. EE.UU. ha intensificado declaraciones sobre derechos humanos y elecciones, lo que Caracas interpreta como parte de una estrategia de deslegitimación. Venezuela ha reforzado su discurso soberanista, vinculando el conflicto con la defensa territorial del Esequibo y la integración regional. Los signos de distensión son muy frágiles y la incertidumbre crece.

2.- EN SURAL, LA PRODUCCIÓN COMIENZA CON LOS TRABAJADORES. Los trabajadores de SURAL no solo denuncian la paralización prolongada de la planta como una estrategia de desincorporación silenciosa. También presentan una propuesta concreta para reactivar la producción de conductores eléctricos de aluminio desde una nueva gestión productiva, con participación directa de la clase trabajadora como eje de la recuperación nacional. Los trabajadores plantean una alianza estratégica con empresas básicas como Venalum y Alcasa para garantizar el suministro de aluminio; inversión en tecnología, mantenimiento de líneas y recuperación de maquinaria retirada de forma irregular; suministro estable de gas y electricidad, vital para la reactivación de hornos y trenes de laminación; creación de una junta administrativa con participación obrera, amparada en el artículo 149 de la LOTTT. La propuesta no es solo laboral. Es económica, energética y soberana. Los trabajadores de SURAL entienden que reactivar la planta es reactivar el país. “Sin trabajadores no hay industria, sin industria no hay soberanía.”

3.- CVG: PODER SIN PRODUCCIÓN ES RUINA. La Corporación Venezolana de Guayana (CVG) vive una guerra interna por espacios de poder. Grupos burocráticos compiten no por reactivar la producción, sino por controlar contratos, nóminas y beneficios. Esta pugna, que repite la tragedia de Maldonado y sus socios, ha convertido esta gestión en un tablero de negocios, no en un proyecto de país. El resultado resalta a la vista con empresas paralizadas o con producción mínima, salarios pírricos y contratos colectivos irrespetados, maquinaria abandonada, líneas detenidas, talento técnico marginado, venta opaca de productos sin reinversión ni transparencia. La que pierde es Guayana. Pierde su gente, su historia de trabajo, su capacidad de ser motor industrial de Venezuela. ¿Dónde está la mano de hierro? ¿Qué pasó con aquello de que “caiga quien caiga”?

4.- LA OPOSICIÓN DE GUAYANA ENTRE SILENCIO CÓMPLICE Y SALTOS DE TRAICIÓN. En Guayana, la oposición ha optado por un silencio que ya no es estratégico, termina siendo cómplice. Mientras las empresas básicas siguen paralizadas y los trabajadores claman por su reactivación, los dirigentes opositores guardan distancia, evitan el conflicto real y se refugian en discursos vacíos o en la comodidad del cálculo sin perspectivas. Dirigentes que antes se mostraban radicales hoy brincan talanqueras para recoger las migajas del desastre burocrático. Los problemas laborales no son parte de sus agendas. No hay pronunciamientos, acompañamiento, ni propuestas. Algunos se han convertido en operadores de contratos, no en defensores de derechos. La desconexión con la calle es tan profunda como el abandono de sus objetivos políticos. Guayana no necesita más silencios ni más saltos de talanquera. Necesita voces firmes, comprometidas con la memoria obrera, la soberanía productiva y la dignidad de su gente.

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