Opinión

Tips de Elias Rojo

1.- CARICOM, EE.UU, EL ASEDIO A VENEZUELA Y EL ESEQUIBO. La controversia por el Territorio Esequibo está develando un entramado de alianzas que trasciende lo bilateral. Aunque se presenta como garante de paz, CARICOM (Comunidad del Caribe) ha respaldado sistemáticamente a Guyana, invisibilizando los reclamos históricos de Venezuela y legitimando la herencia del colonialismo británico. Washington ha reforzado su influencia en el Caribe mediante cooperación militar, inversiones energéticas y respaldo diplomático, consolidando un eje de presión sobre Venezuela. Esta alianza CARICOM-EE.UU. pretende configurar un cerco político-diplomático que busca aislar a Venezuela, deslegitimar su soberanía territorial y proyectarla, en los foros internacionales, como un país agresor. Frente a este juego de poder, Venezuela reafirma su derecho histórico sobre el Esequibo y denuncia la instrumentalización del conflicto como parte de una estrategia de dominación regional. Guyana se configura con enclave de EEUU en El Caribe y pudiera derivar en un Estado Tutelado.

2.- LA DESESPERACIÓN DE LOS BURÓCRATAS DE LA CBST ANTE EL PROCESO SOCIAL CONSTITUYENTE DE LOS TRABAJADORES. El Presidente de la República, Nicolás Maduro, convocó un Proceso Social Constituyente de los trabajadores y provocó una indetenible ola de nerviosismo entre los burócratas sindicales de la CBST. La cúpula sindical, acostumbrada a controlar espacios de representación sin consulta ni legitimidad, ve amenazada su hegemonía ante el avance de una propuesta genuinamente democrática. Los trabajadores de base organizados han manifestado su descontento con la burocracia sindical, denunciando su desconexión con las luchas reales y su complicidad con políticas que afectan los derechos laborales. Este proceso representa una oportunidad histórica para que los trabajadores definan sus propios mecanismos de participación, representación y defensa, sin intermediarios ni estructuras caducas. La desesperación de los burócratas revela el agotamiento de un modelo sindical vertical y excluyente, y abre paso a una nueva etapa de protagonismo obrero, democrático y constituyente.

3.- LA OPOSICIÓN EN GUAYANA Y EL OPORTUNISMO COMO ESTRATEGIA. En el contexto del asedio contra Venezuela, la operación de EEUU en las Costas venezolanas y el reordenamiento político en la región, sectores de la oposición en Guayana han adoptado un rol de observadores estratégicos, buscando capitalizar el conflicto para posicionarse políticamente. Una especie de observadores sin causa que no se atreven a fijar posición públicamente. Lejos de asumir una postura clara sobre la soberanía, estos actores se presentan como “analistas” o “mediadores fuera de escena”, evitando comprometerse con los intereses nacionales pretendiendo aprovechar el escenario para ganar visibilidad desde algún maltrecho cafetín. Utilizan el debate y la incertidumbre sobre la agresión imperial como plataforma para proyectarse en medios, foros y redes, sin aportar soluciones ni asumir responsabilidades concretas. Su ambigüedad y oportunismo contrastan con el clamor de las comunidades guayanesas, que exigen claridad, compromiso y defensa activa del territorio. Esta actitud revela una lógica de cálculo político que prioriza el posicionamiento personal sobre la construcción de una agenda soberana y colectiva.

4.- LA GOBERNADORA, YULISBETH GARCÍA, SE POSICIONA ENTRE LOS TRABAJADORES. La gobernadora del estado, Yulisbeth García, ha roto el molde de la gestión tradicional de los gobernadores, posicionándose con firmeza entre los trabajadores y los portones de las empresas, donde se define el pulso productivo del estado. No es que pretenda gobernar desde el portón, pero reafirma su presencia estratégica. La gobernadora no busca informes ni espera intermediarios. Se planta en los portones, escucha a los trabajadores, comparte y convierte cada acción por la defensa de la Patria en encuentro fraternal. Su presencia no es simbólica ni pasa desapercibida. Es una participación operativa, con soluciones y profundamente comprometida. En lugar de delegar, conversa cara a cara con empleados, gerentes y trabajadores de base. Su estilo rompe con la burocracia sindical y fortalece el protagonismo popular en la toma de decisiones. Promueve la reactivación de unidades productivas desde abajo, articulando esfuerzos entre gobierno, trabajadores y comunidad. Su liderazgo no se disfraza de protocolo. Es frontal y movilizador. En Guayana, gobernar es caminar con botas, escuchar con respeto y decidir con el pueblo trabajador.

5.- REACOMODO POLÍTICO EN EL CHAVISMO Y REVISIÓN DEL PSUV. En medio de la agresión multiforme contra Venezuela y los procesos de recomposición política, se vislumbra un reacomodo profundo en las filas del chavismo. Se avecina una reconfiguración de los cuadros de Dirección Nacional y Regional, con movimientos que responden tanto a dinámicas internas como a exigencias del momento político. Nuevos liderazgos emergen desde lo territorial, mientras estructuras tradicionales enfrentan el desafío de renovarse o quedar atrás. Este reacomodo podría desembocar en una revisión detallada del funcionamiento del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Sus mecanismos de participación, representatividad y vigencia como instrumento político. La militancia exige espacios más democráticos, menos verticales y más conectados con las luchas reales. Sea cual sea el desenlace de la agresión contra el país, este proceso de revisión y reacomodo parece inevitable. La crisis ha acelerado la necesidad de repensar el proyecto político desde sus bases, con protagonismo popular y visión estratégica. Ha llegado a plantearse la posibilidad de desaparecer el PSUV como estructura política cargada de vicios y desviaciones políticas. El chavismo enfrenta el reto de renovar sus estructuras sin perder su esencia, articulando lo territorial, lo popular y lo estratégico en una nueva arquitectura política. La recomposición no es solo organizativa. Es ética, es política, ideológica y profundamente histórica. La Revolución Bolivariana puede estar llegando a una encrucijada sin rumbo definido.

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