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NUEVO ESCENARIO POLÍTICO E INSTITUCIONAL

La dinámica de la campaña electoral, con sus argucias y vericuetos, indica que después del 27 de julio se abre un nuevo escenario político e institucional en el estado Bolívar. Más allá de la contienda municipal, la batalla electoral revela las corrientes profundas de un territorio que se piensa y se defiende como estratégico. La campaña no termina en las urnas ni con el espectáculo de celebración. Bolívar está impregnado de expectativas de cambio y transformación institucional, social y económica.
Los candidatos del PSUV y el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar dominan las posibilidades electorales, con una narrativa centrada en el Plan Nacional de Desarrollo de las 7 Transformaciones, el compromiso de consolidar el poder popular y la construcción de soluciones para los problemas más urgentes. Mucho espectáculo reconectando la emoción popular. La oposición, fragmentada y debilitada, enfrenta la deserción de reconocidos dirigentes que repentinamente se vuelven fervientes defensores de la Revolución Bolivariana. Se desgañitan al grito de “hay que enchufarse” y cambian de militancia política como cambiar de ropa. Los dos alcaldes de la oposición y la representación de concejales en cada municipio perciben y aceptan una derrota anunciada y se desvanecen políticamente.
Ya la inquietud electoral no es quién gana, sino cuántos votan. Una baja participación electoral debilita la voluntad popular, desconfigura el arraigo social, estimula la apatía y rompe la conexión emocional recuperada durante la campaña y más necesaria después del 27 de julio para garantizar la participación protagónica como eje estratégico en la construcción de Poder Popular.
Desde su juramentación, la gobernadora del estado Yulisbeth García, ha insistido en gobernar “con el corazón grande, pero también con firmeza”. Un estilo que combina lo emocional, lo combativo y el compromiso popular. Su gabinete, recién instalado, no comprende cabalmente la estrategia y se reduce a lógica operativa de atender las urgencias del pueblo. Para Yulibeth García las 252 Salas de Autogobierno que ya se activan en los 11 municipios no son solo espacios de gestión, sino instrumentos para consolidar la Democracia Participativa y Protagónica. Por esta razón necesita controlar las 11 alcaldías en un nuevo escenario político e institucional.
Desde la perspectiva anterior, nuevos alcaldes y reelectos necesitan entender que este triunfo no es solo electoral. Es estructural, simbólico y estratégico. Desde Angostura del Orinoco hasta la Gran Sabana, pasando por Upata, El Callao y Sifóntes, cada municipio se convierte en eslabón de una red que garantiza articulación institucional, eficiencia administrativa y participación popular. La gobernadora lo sabe. Sin alcaldías alineadas, no hay transformación posible. Por eso su discurso no es de mando, sino de coordinación. “Más territorios, menos escritorios”, repite. Y sabe que después del 27 de julio, con alcaldes aliados en cada rincón, ese mantra puede convertirse en política pública.
La articulación entre gobernación y alcaldía en Caroní es más que simple gestión administrativa. Es posibilidad de escudo político, de voz y brújula nacional. La victoria de Yanny Alonso en el municipio Caroní abre paso a una articulación directa entre gobernación y alcaldía, lo que podría facilitar proyectos de infraestructura, conectividad y control territorial como objetivo político de un nuevo escenario institucional.No todo es victoria. También hay responsabilidad. Gobernar sin oposición institucional implica que el pueblo será el principal contralor. Ya no hay excusas. No hay culpas compartidas. Cada falla será propia y cada logro, también. Bolívar no necesita gestos ni promesas, necesita resultados.
El nuevo escenario institucional y político que se está configurando en el estado Bolívar puede convertirse en una oportunidad histórica. Si se articula con el Plan Bolívar 2025 -2029, y el Plan Nacional de Desarrollo de las 7 Transformaciones puede convertirse en espacio territorial de una nueva forma de gobernar. Una forma que escuche, que atienda y avance con la transformación necesaria y posible. Un nuevo modelo de gestión que no se diluya en oficinas, sino que se despliegue para repensar Guayana desde las comunidades.

¿A dónde van las palabras que no se quedaron? ¿A dónde van las miradas que un día partieron? ¿Acaso flotan eternas como prisioneras de un ventarrón?
…¿A dónde fueron mis palabras sucias de sangre de abril?

Silvio Rodríguez

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