Los cambios no son “momentos” sino procesos y es paja prometer y esperar que todo cambie y se resuelva con un evento en particular, mágico o milagroso
Por: Luis Vicente León
Cuando entiendes que en situaciones como las nuestras, los cambios políticos estables se dan a través de procesos de transición en los que deben participar todos los actores involucrados y que estos deben aprender a coexistir y reconocerse en el desmontaje paulatino de instituciones y prácticas inadecuadas y en la construcción de las nuevas instituciones y relaciones que el país requiere, entonces entiendes:
1) que los cambios no son “momentos” sino procesos y es paja prometer y esperar que todo cambie y se resuelva con un evento en particular, mágico o milagroso.
2) que la peor y más ineficiente estrategia es diseñar una pugna en la que quien pierde, pierde todo y quién gana, gana todo (el típico error radical), porque obviamente quien controla el poder jamás abrirá el más mínimo espacio para ir construyendo ese cambio y el otro no tiene la fuerza para obligarlo.
3) que es falso decir que si no ocurre ahora mismo ese cambio no va a ocurrir nunca y que si no es contigo, no es con nadie. La historia de la humanidad te lo demuestra un millón de veces: la tierra gira alrededor del Sol y esa estrella parece ser la única que no quiere ser candidato.
4) que no se puede avanzar en una solución sin estar ahí, participar y activar, por lo que la abstención es la peor pasividad y traición a la lucha por el cambio.
5) que resulta completamente incoherente decir que tu si puedes participar en una elección no competitiva, pero cualquier otro que lo haga, incluso para llenar el vacío que la injusticia deja al no dejarte participar a ti, es un traidor por participar en esa misma incompetitiva elección…donde fíjate que tu si quieres estar y querrás también estar después cuando lleguemos al 2025 a escoger gobernadores, alcaldes, concejales, diputados…
6) que esa lucha podría necesitar una carrera de sustitución y el rol de un líder de verdad es entregar el testigo a quien pueda seguir la carrera, correr, aglutinar, ganar, defender y luego negociar la transición en paz. No se trata de pasarle el testigo a tu espejo, porque obviamente lo van a romper (y en mi pueblo dicen que es pavoso).
Todo eso entiendes cuando en realidad internalizas que los abrazos, los aplausos, los vítores, las ofertas de ayuda y la emoción no es contigo, sino con la oportunidad de producir un cambio, que la mayoría quiere y merece. Y si tu no tienes esa oportunidad, por cualquiera que sea la razón, hay que buscar quien si, porque el objetivo no eres tú…sino el país.