Ciudad GuayanaOpinión

Lobos disfrazados de ovejas

Durante las elecciones regionales del año 2017 tuve la oportunidad de entrevistar a varios candidatos a la Gobernación del estado Bolívar, unos más carismáticos que otros, nada fuera de los estereotipos políticos ya conocidos en Venezuela. Lo novedoso fue, que después de tanto esperar, finalmente me fue aceptada una invitación por uno de los aspirantes con mayor probabilidad de triunfo de aquella contienda electoral, honestamente estaba feliz pues para una periodista terca y obstinada como yo, recibir un Sí como respuesta es motivo de satisfacción.

El día de la pauta llegue muy emocionada a una casa familiar con un patio amplio y lleno de árboles frutales que además proporcionaban una sombra riquísima, una amable señora me recibió y me invito a sentarme mientras esperaba al candidato, ese fue el preámbulo de mi descubrimiento pues, durante mi estadía en aquel patio que agrupaba ilusiones, esperanza, optmismo y hasta un poco de inocencia pude observar con detenimiento que además de la gentil señora que me dio la bienvenida, también se encontraban presentes otro grupo de hombres y mujeres miembros del comando de campaña del candidato a la gobernación, quienes de forma  animada disfrutaban de un caldo de sopa ya que seguramente los recursos de la campaña no eran suficientes como para brindarle a los encargados de ¨mover los votos¨ un almuerzo digno.

Después de un rato me hicieron pasar a una de las aéreas internas de la casa en donde estaba el aspirante y otros líderes que de igual manera esperaban ganar cargos de elección popular, en un argot mas criollo “ahí estaban los jefes”, me toco guardar silencio durante unos minutos pues el dirigente declaraba a la prensa nacional, y como ustedes entenderán primero fue sábado que domingo.

Esos minutos también los aproveche para observar con detalle a los concurrentes en aquella habitación y a continuación les describo lo que vi: un grupo de hombres bien vestidos, perfumados y portando además relojes de apariencia costosa haciendo uso de teléfonos celulares de última generación, identificar la marca de la manzana es muy sencillo, ellos tomaban refresco de lata y además esperaban su comida estuviera lista, recuerden, son los lideres así que deben estar bien alimentados, un caldo de sopa no les caería bien.

Ese día comprendí que un color político no define a los buenos de los malos, que mientras el pueblo come agua de sopa quienes administran los recursos de ese mismo pueblo comen lomito y toman en lata porque sabe mejor. No hizo falta preguntar nada, las respuestas estaban ahí, solo debía tomarlas. Eran lobos disfrazados de ovejas.

 

Por: Andrea Calma

Un comentario en «Lobos disfrazados de ovejas»

  • Tal cual, se siguen cometiendo los mismos errores y aprovechándose de los líderes comunitarios para que les busquen los votos a los que se creen «más aptos para gobernar». Lo increíble es que la historia no ha cambiado mucho

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