LAS TRAMPAS DEL AIRTIM Y LOS PARTIDOS OPOSITORES

HAYYY SEÑORES… en este pueblo el que no llora no mama, pero aquí hay unos que lloran y ni así les cae la gota. Todavía quedan muchos dirigentes con los ojos hinchados de tanto reclamar, mientras otros gozan una bola.
RESULTA QUE EN EL ANIVERSARIO DE AD, en la famosa oficina de CEM, la reunión terminó más parecida a pelea de gallos que a romería blanca. Entre gritos, manotazos y sillas arrastradas, los adecos pedían explicaciones por la exclusión de los suyos. ¡Y no crean que los verdolagas se quedaron atrás! En el partido verde la doña —mejor conocida como la chupetica de ajo con limón— decidió apagar el teléfono y dejar a todos con la llamada en espera… “Yo no quiero saber más nada de eso”, dijo, mientras los recién juramentados por engañiz se desvanecían como humo de velorio.
MIENTRAS TANTO, Cachete llorAitim anda rondando por la plaza Páez, con la mirada perdida y la mano estirada: “¿y mi pago pa’ cuándo?”. A su lado, el portu cobrando, que ese sí no pierde viaje ni con eclipse.
Y SI CREEN QUE ESO ES MALO, VÁYANSE A ENCUENTRO CIUDADANO: desde las elecciones presidenciales no se ve ni la sombra de la tonga. La última vez, alguien juró verlo montado en una moto acuática por Margarita, con los puntos de la operación todavía fresquitos.
EN PRIMERO INJUSTICIA, la morocha anda con la tensión alta, tanto que ni la pastilla le baja. La vieron saliendo del Orinokia arrastrando bolsas como si fueran hallacas en diciembre, y su teléfono explotando a mensajes: “¡Aaaay, morocha!” ganaste a Rachimi
Y EL TURCO, ¡ah, el turco! Ese se fue pa’ Lechería después de la paliza. A los suyos les dio la cara y les dijo: “No hay pa’ todos, pero los que trabajaron en las regionales capaz y les llega”. Eso sí, después se supo que la matraca del hombre era sometedora: no solo del campo vivía el turco, ¡sino de lo que cayera!
Total que la MUD Estafa está como olla de presión: dirigentes estafados, bases molestas, y jefes callados sobándose las manos porque ya aseguraron las hallacas de diciembre. Y mientras tanto, los demás que se aguanten con puro pan de aire.