LA JUGADA CON LA SUSTITUTA
La tensión política de la semana alcanzó su máximo esplendor con María Corina Machado designando como su candidata sustituta a Corina Yoris con la anuencia de los alicaídos partidos de la Plataforma Unitaria Democrática. Una apuesta política que trae a la memoria la jugada del General Juan Domingo Perón quien, estando impedido de participar en las elecciones presidenciales de 1973, designó al odontólogo Héctor Campora como su sustituto y éste obtuvo el 49,5% de los votos para gobernar la República de Argentina por un brevísimo tiempo en medio de una profunda inestabilidad política e institucional.
En el año 1973, el General Alejandro Agustín Lanusse encabezaba un gobierno de facto que se había propuesto descabezar los movimientos sociales, estimular el peronismo sin Perón y los partidos sin sus líderes, pero la convulsión social era indetenible y la población exigía elecciones sin proscritos. Las elecciones fueron convocadas para el 11 de marzo de 1973. Perón no cumplía el requisito de residencia en el país durante el último año porque estaba proscrito en España. Nombró a Héctor Campora como su sustituto con la consigna de “Campora al gobierno, Perón al poder” y no fue necesaria la segunda vuelta.
Campora, el delegado personal de Perón, recibió el mando de manos de los militares. Gobernó Argentina por 50 días abriendo cauce a un Pacto Social que reunía gobierno, sindicatos, trabajadores y empresarios en un compromiso con la democracia. Perón regresó al país el 20 de junio de 1973 en medio de la controversial “Masacre de Ezeiza”. Campora renunció como parte de una jugada política sorprendente. Se realizaron elecciones en septiembre (1973) y Perón ganó con el 61,86% con María Estela Martínez de Perón (Isabelita) como Vicepresidente. Un año más tarde (1974) muere Perón y asume la Presidencia de la República Isabelita de Perón hasta el 24 de marzo de 1976 cuando es derrocada y encarcelada por un sangriento Golpe de Estado. Ya no hubo jugadas de sustitutos y comenzó la época más oscura de Argentina.
María Corina Machado designa a Corina Yoris como su sustituta jugando con la carga emocional que arropa su inhabilitación política para participar como candidata en las elecciones presidenciales. Un juego de coincidencias simbólicas (el mismo nombre) y emoción colectiva sin racionalidad política ni propuesta programática que garantice la recuperación de la economía nacional y la preservación de los activos de la nación con trazos de participación activa de los ciudadanos en los asuntos públicos.
Nadie puede negar que en el juego político de la Venezuela contemporánea prevalece la emocionalidad y los artificios comunicacionales para ocultar los verdaderos objetivos. Tampoco se puede subestimar cualquier jugada que mueva el tablero electoral en beneficio o detrimento de cualquier corriente política o candidato; lo peligroso es jugar con la emocionalidad como carga política porque puede provocar desalientos colectivos e inestabilidad institucional que repercuten negativamente en nuestras posibilidades de recuperación como nación. En política, la pasión (como estado emocional) tiene que ser precedida del análisis racional respetando el interés colectivo.
La jugada política de María Corina Machado puede ser celebrada con entusiasmo por sus partidarios y aceptada por los dirigentes de los partidos que conforman la Plataforma Unitaria Democrática como una alternativa para salir del laberinto en que se encuentra la oposición, pero no elimina su responsabilidad en la convocatoria a la injerencia extranjera en el país ni la solicitud de medidas coercitivas unilaterales contra la nación. Sanciones que han causado tanto daño al pueblo como la corrupción de quienes dirigen las instituciones y quienes utilizaron un grotesco “gobierno interino” para saquear el erario público con apoyo foráneo hasta destruir y subastar los activos de la nación ubicados en otros países.
La peligrosa jugada con la sustituta se celebra porque la política se ha convertido en un torneo de zancadillas, trampas y marramucias donde el más hábil, tramposo, indecente e indolente es visto como el prototipo de un gran político. Un súper héroe o heroína de la política.
Esperemos que la Argentina de Campora no sea la inspiración porque corremos el riesgo de mayor inestabilidad institucional o habilidosas respuestas que pongan en mayor riesgo la posibilidad de nuestra recuperación económica y estabilidad política.
La turbulencia amenaza… amanecerá y veremos…
“Cantar de la tierra mía que echa flores al Jesús de la agonía y es la fe de mis mayores !Oh, no eres tú mi cantar no puedo cantar, ni quiero a este Jesús del madero sino al que anduvo en la mar”.
Antonio Machado