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LA CVG Y EL ABANDONO DE LAS EMPRESAS REGIONALES

En torno a las Industrias Básicas de Guyana se desarrolló un tejido empresarial que ayudó a consolidar un sistema productivo regional vinculado a la explotación y producción de hierro, acero, aluminio, electricidad, recursos forestales y minería.

LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA se desarrolló de tal manera que los galpones instalados en Matanzas y Unare eran unidades de producción de polímeros, plásticos, tanques, clavos, tornillos, pinturas, aislantes eléctricos, repuestos y partes de electricidad y todo el apoyo de una pujante producción metal mecánica. Estas empresas se recuerdan como una fuente de empleo directo e inversión de capital de la región.

TODAVÍA SE RECUERDA LA FABRICACIÓN DE MÁS DE 200 VAGONES QUE FERROMINERA DEL ORINOCO necesitaba para garantizar el traslado de mineral de hierro desde Ciudad Piar hasta la planta de Puerto Ordaz. Se unificaban empresas, experiencia y esfuerzo para atender la demanda de tubos de bajo y alto tenor de Alcasa, Venalum y Sidor. Mención aparte merece la producción de aislantes eléctricos requeridos por las empresas hidroeléctricas. Ese capital nació, creció y se reinvertía en la región.

LAS ORGANIZACIONES GREMIALES de pequeños y medianos empresarios aglutinaban cerca de 420 empresas productivas. La paralización de la producción de las Empresas Básicas provocó una violenta caída de la Pequeña y Mediana Industria. Se perdieron muchos puestos de trabajo y solo quedaron galpones abandonados y maquinarias deterioradas por la falta de uso.

LA INVERSIÓN REGIONAL FUE DURAMENTE GOLPEADA.
Los ensayos e intentos que se han hecho por reactivar la producción de las Empresas Básicas dejó a un lado las empresas de la región y distintos Presidentes de la CVG y las Empresas Básicas contratan con empresas foráneas que traen para tales efectos y alimentan un negocio que no deja nada para Guayana.

EL CLAN MALDONADO- CONSTRUYÓ UNA ESTRUCTURA que dejó a un lado las empresas de la región y todos los servicios, suministros, mantenimiento, construcción de partes eléctricas y mecánicas junto a obras civiles menores y de mediana envergadura eran contratadas con empresas que registraban a nombre de testaferros que nada tienen que ver con Guayana.
Esa estructura y esa política de contratación sirvieron para completar el saqueo de las Empresas Básicas.

ESE MALTRATO A LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA HIZO MUCHO DAÑO A
GUAYANA y no dejó ningún beneficio.
Con la intervención de la CVG, la instalación de la Junta Interventora y las sanciones a los más destacados miembros del clan Maldonado, se levantó una esperanza por recuperar el espacio de las empresas regionales y lograr que la nueva administración comenzará a hacer justicia y otorgar contratos a quienes han apostado por el desarrollo de Guayana, han arriesgado su capital y han permanecido resistiendo los momentos difíciles. Sin embargo, eso no ha ocurrido y existe una tendencia repetir el esquema de la anterior administración.
Ahora, los Gerentes en diferentes empresas del holding se convierten en promotores de empresarios que no son de la región. Aparecen empresas registradas de la noche a la mañana, sin experiencia ni compromiso con Guayana y reciben los pocos contratos que se empiezan a asignar producto del proceso de reactivación de la producción.
El grito de alerta, el llamado es a la junta Interventora para que se establezca un mecanismo de asignación de contratos de servicios, suministros, construcción de partes eléctricas y metalmecánicas que garantice prioridad a las EMPRESAS REGIONALES parasu contratación. Guayana no aguanta tanto maltrato y abandono. Nuestra Pequeña y Mediana Industria necesita atención.

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