¿FUTURO Vs. PSUV?
A mediados de marzo del presente año, se anunció el nacimiento de un nuevo movimiento político. Se definió como un “movimiento de movimientos” que va más allá de los partidos políticos y convoca a todos los sectores sociales que quieran construir FUTURO. Nace de las entrañas del PSUV y adoptó el nombre de FUTURO como preludio de un nuevo tiempo político para el chavismo y su anquilosada estructura burocrática devenida en una paquidérmica maquinaria electoral con valores, vicios y desviaciones políticas idénticas a la otrora poderosa maquinaria adeca conducida por un caudillo arrogante e ignorante.
Como promotor y vocero nacional del Movimiento FUTURO aparece Héctor Rodríguez, reconocido dirigente del PSUV quien mantiene un discurso político que desafía la estructura burocrática del chavismo. Sus intervenciones tienen una carga verbal contra el sectarismo, la arrogancia, la corrupción y el clientelismo político-partidista, pero al mismo tiempo se identifica con la gestión del Presidente Nicolás Maduro a quien exonera de culpa ante tanta ineficiencia de las instituciones que conforman la burocracia mayor.
Desde una perspectiva política e ideológica, FUTURO se presenta como un movimiento pragmático sin una clara definición. No habla de socialismo ni de marxismo cristiano, tampoco menciona Bolívar como referente ideológico. Su antiimperialismo es tan pragmático que se reduce al rechazo de las sanciones contra la nación. Cuestiona a los grupos de derecha, pero no se identifica como una organización de izquierda. Habla de justicia social y de construir una Venezuela Productiva, dos elementos que lo aproximan a un neoliberalismo tropical. Pregonan un nacimiento vinculado al poder popular y su presencia se reduce a la fuerza digital y la orientación del algoritmo que define el proselitismo partidista de los nuevos tiempos. FUTURO aparece como expresión emergente de la centro derecha.
Ahora bien, la aparición y promoción apresurada del Movimiento FUTURO en todo el país no es casual y no puede percibirse como un simple movimiento electoral. Parece más bien, una respuesta al posible escenario postelectoral. No hay duda que FUTURO es resultado de la lucha de los Grupos de Poder dentro del chavismo. Es parte del reacomodo político que se impondrá en el país después de las Elecciones Presidenciales. La unidad monolítica del chavismo alrededor de la candidatura de Nicolás Maduro es solo electoral porque la unidad política no existe. Hay Grupos de Poder que necesitan construir sus propias estructuras para mantenerse como fuerzas políticas con capacidad de negociación.
El Movimiento FUTURO no está surgiendo desde el movimiento popular porque se alimenta de dirigentes y militantes del PSUV. Es una fractura discreta del PSUV que busca aglutinar el descontento de las bases del chavismo y facturar un nuevo discurso contra la arrogancia política, el sectarismo y la corrupción de la alta dirigencia del PSUV. FUTURO es parte de una lucha interna del chavismo que no tiene su origen en diferencias ideológicas. Es una lucha por el control burocrático de las instancias de poder. Al frente del Movimiento FUTURO está Héctor Rodríguez, pero detrás puede estar una novedosa versión del madurismo que no logró acumular fuerzas con “Somos Venezuela”.
El PSUV ya no tiene la misma capacidad de movilización y articulación de amplios sectores sociales de otros tiempos. Se ha convertido en una paquidérmica e inhumana maquinaria electoral que necesita renovación o sucumbe al agotamiento político. Es una organización de funcionarios públicos que asumen militancia por obligación o agradecimiento, más no por convicción político-ideológica. Desde sus entrañas está surgiendo el Movimiento FUTURO con aires renovadores sin consideraciones ideológicas.
En Guayana, el Movimiento FUTURO está naciendo de la mano de un grupo de dirigentes devaluados que habían sido execrados del PSUV. Todos son militantes pasivos del chavismo que buscan nuevos espacios en la pugna interna. Otros son enviados del Gobernador del Estado con el objetivo de mantener influencia y control en la nueva estructura partidista. Su acercamiento e incorporación de dirigentes del movimiento de trabajadores pone en evidencia la intención de desplazar la desgastada dirigencia del CBST. Así mismo, hay un encuentro con los sectores empresariales sin mayores consideraciones políticas, es un problema de negocios y reacomodo político. FUTURO en Guayana se está convirtiendo en el depósito de los desechos políticos del PSUV que necesitan un segundo chance.
El vocero nacional del Movimiento FUTURO, Héctor Rodríguez, ha repetido que representan un “movimiento de movimientos que nace para repensar a Venezuela de los próximos años” y nosotros replicamos que es “justo y necesario” porque después del 28 de julio, sea cuál sea el resultado electoral, amanecerá otro país con mucha incertidumbre como FUTURO.