EL COMPROMISO DEL GABINETE EJECUTIVO

Finalmente, la Gobernadora del estado Bolívar Yulisbeth García, “La Tata”, designó, juramentó y presentó su Gabinete Ejecutivo. No es momento para calificar o descalificar sus integrantes. Apostamos por su éxito total y absoluto, sin reservas. Este pueblo noble y trabajador necesita un equipo de gobierno que le devuelva la confianza en las instituciones. Son muchas las expectativas creadas frente a esta gestión. El rumbo de Guayana está en sus manos, comenzando con el compromiso de “voltear la gobernación como una media”.
En el estado Bolívar todavía se recuerda el “Gabinete Desechable” que terminó en descarada traición a este noble pueblo. Hemos tenido gabinetes conformados por gente muy eficiente y por algunos dirigentes con “oídos de príncipe” que se molestan cuando se les advierte que le falta sabor a pueblo. También hemos sentido las consecuencias de gabinetes casi “fantasmas” integrados por dirigentes que no dejaron obras ni huellas en el camino. Así mismo, vivimos los resultados de un “equipo de gobierno” que exacerbó la ineficiencia y la ineficacia con una actuación que nunca debería renacer. Este Gabinete Ejecutivo que se acaba de juramentar tiene la obligación histórica de marcar la diferencia porque le corresponde atender una nueva etapa de la Revolución Bolivariana con grandes expectativas populares y anuncios de transformación económica, política y social.
El Gabinete Ejecutivo Regional tiene algunas funciones básicas que comienzan por asistir, administrativa y políticamente, a la gobernadora garantizando el diseño, ejecución y seguimiento de políticas públicas. Tiene la obligación de debatir intensamente para diseñar y desarrollar estrategias institucionales que le permitan desempeñar una gestión coordinada y coherente en función de las necesidades y expectativas populares. Es un equipo donde debe prevalecer la comunicación, confianza, coherencia y mucha capacidad para interpretar y comprender el contexto económico, social, político y cultural que le corresponde atender con dedicación y voluntad de servicio.
Durante la campaña electoral, tanto el Presidente de la República como los candidatos a las gobernaciones insistieron en la necesidad de impulsar una transformación institucional integral de las gobernaciones para adaptarlas a las exigencias de una nueva etapa marcada por la construcción del Poder Popular. Ante este planteamiento cualquier estructura burocrática se convierte en un obstáculo que debe desaparecer.
Este Gabinete Ejecutivo Regional que acaba de prestar juramento tiene el compromiso y un desafío que trasciende los anteriores porque le corresponde la tarea histórica de unificar a la Guayana honesta y trabajadora para lo cual necesita una estructura administrativa ágil y dinámica con capacidad y fortaleza institucional que le permita avanzar hacia objetivos políticos, económicos y sociales de mayor transcendencia articulados con el Plan Nacional de Desarrollo de las 7 Transformaciones 2025-2031. El compromiso de este equipo trasciende lo inmediato y debe avanzar en medio de una coyuntura política altamente compleja para preservar y profundizar los postulados de la Revolución Bolivariana y convertir a Guayana en una verdadera “alternativa no petrolera”.
Ninguna gestión anterior había creado tantas expectativas en todos los sectores de la sociedad. Cada Secretaría tiene objetivos y responsabilidad definidos, pero juntos conforman un núcleo de poder con capacidad de decisión. Pueden venir presiones externas tratando de influir en las decisiones. Son interferencias que ponen en riesgo la eficiencia, la eficacia y la coherencia del equipo. Esos riesgos son minimizados cuando existe la conducción sólida y enérgica de una jefa de gobierno que redimensiona su liderazgo con una comunicación efectiva entre los miembros del equipo y con el pueblo en general.
No hay tiempo que perder, tampoco hay excusas. Llegó la hora de romper paradigmas y establecer nuevos parámetros de funcionamiento. Llegó la hora de “voltear la gobernación como una media”. El Gabinete Ejecutivo Regional tiene el compromiso y la responsabilidad, Guayana espera.
“Yo digo que no hay quien crezca más allá de lo que vale —y el tonto que no lo sabe es el que en zancos se arresta—; y digo que el que se presta para peón del veneno, es doble tonto y no quiero ser bailarín de su fiesta”.
Silvio Rodríguez
