El chavismo y el madurismo no deben enlodar su derrota
Por Jorge Carvajal
Morales
El chavismo y el madurismo no deben enlodar su derrota. No deben hacerlo más. Así como fue el ascenso vertiginoso de una revolución que pretendió sustituir las bases fundamentales e institucionales de la democracia forjada por Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Rafael Caldera, Wolfgang Larrazábal, y muchos otros líderes de aquel entonces a la caída de Marcos Pérez Jiménez, así de estrepitosa es la caída de un régimen que se dedicó a destruir los estamentos fundamentales de la vida en convivencia de los venezolanos.
Este régimen intentó destruir la institucionalidad, atentó contra la economía venezolana y destruyó los medios de producción, tanto públicos como privados. En el caso de Guayana, somos un ejemplo vivo: pasamos de ser la referencia nacional e internacional de generación de pleno empleo en nuestras empresas básicas y parques industriales a ser prácticamente una región donde el desempleo es el orden del día. Se dedicaron a expropiar y robar lo que muchas familias construyeron con esfuerzo y sacrificio para generar riqueza y empleo.
Esta revolución se encargó de perseguir a todo aquel que disentía, encarcelando a gente inocente por el solo hecho de tener una opinión diferente. El éxodo más importante que se ha dado en el mundo, creo que después del éxodo de los judíos, ha sido el de los venezolanos en busca de una mejor forma de vida y de cómo mantener a sus familias desde el extranjero.
Una revolución que pretendió destruir un país y más que eso, a toda una nación. Los territorios fueron entregados y las poblaciones diezmadas tanto por el hambre como por la persecución y los homicidios. Esta Constitución, aún moribunda y tambaleándose, es la que rige la conducta de los venezolanos en sociedad, y debemos todos respetarla. El gobierno actual, un régimen que está de salida, tiene la obligación y la responsabilidad de garantizar, entre otros derechos, el derecho a asistir a unas elecciones libres y transparentes, y de respetar los resultados.
Por eso digo que el chavismo y el madurismo tienen la imperiosa necesidad de no seguir enlodando su derrota. Vendrá un nuevo gobierno que se encargará de restituir el estado de derecho, la separación de los poderes y el respeto a la Constitución y a las leyes. Desde allí debe partir la reconstrucción del país, tanto en lo social, lo cultural, lo económico, lo político y en todos los ámbitos de la vida cotidiana, incluyendo el desarrollo del comercio y la industria para la generación de la riqueza necesaria y la prosperidad que requiere el país.
De nuestro lado solo queda mantener la UNIDAD, esa UNIDAD que nace de la LEALTAD de cada venezolano con el PAÍS. Lo demás son tonterías, y cada quien con su conciencia y responsabilidad en el tiempo.
A los venezolanos nos queda unirnos, en Comanditos como lo hemos hecho hasta ahora, siguiendo a nuestra lider, unirnos aún mas en familia, en la amistad y en la vecindad, esto es Hasta El Final, hasta contar el último voto y hasta la proclamación de Edmundo González como presidente de todos los venezolanos y el reconocimiento al liderazgo que ha unido a todo un país en esta hora en que la esperanza se empina en los hombros de María Corina Machado.