El cartel de airtim con el ojo puesto

Ave María Purísima! Que se soltó la bendita lluvia de airtim en Bolívar y eso fue un corre corre que ni en carnavales se había visto. ¡Dioooooos mío santo! Los jefes de los cascarones vacíos, de la fulana y extinta Mud-Estafa, se pusieron más vivos que alcabala en quincena: peaje aquí, peaje allá, hasta para respirar cobraban.
Las panaderías parecían conciertos de Romeo Santos: todo el mundo metido allá adentro, pero ojo, los que uno creía que iban a invitar aunque sea un pancito… ni agua dieron. ¡Tacañísimos!
Así mismo: lluvia para unos, sequía para otros. Pan pa’ unos, hambre pa’ muchos. Desde el miércoles eso parecía novela turca mezclada con comedia mexicana.
Por allá en Acción Democracia estaban de brindis con whisky, torta, como si no hubiera crisis. En un UNT, veíron en lechería un turco tirado en la playa con su habano, relajado. Mientras tanto, la fulana morocha del partido NegriAmarillo guiso hasta al que le vendía los pasapalos: fue vista en el Orinokia con bolsas, sonriendo como Miss Turismo.
El indio Charremos estrenó cauchos y tren delantero, como quien se saca la lotería. Y en los Verdolagas, quedaron como la guayabera otra vez la “tortica de ajo” apagó el teléfono, se observo con lentes oscuros en el abordaje de un avión en maiquetia, y dejó a medio mundo guindado de la brocha. Solo vimos a Cachete saliendo de la panadería con su bolsa de pan, un refresco y una mortadela, sino pregunté al portu, mientras que Jaime, pobrecito, ni quien le peleara porque nadie le contestó los mensajes.
Mientras en margarita en un resort se escuchaba tonga tonga dame la milonga, ayyy papá a este si le dieron pa llevar dió y llevo.
Y la negra, que fue testigo en las elecciones del 28 de julio del 24, volvió a repetir la frase del momento: pan pal’gunos y hambre pa’ muchos. ¡Hay que cuidarse de estos hurtadores de airtim! Que la justicia les caiga encima a esos mafiosos, porque el pueblo ya dijo: ¡No volverán!
