CONVIVIENDO CON EL MIEDO
Por Claudio Zamora
@claudiozamora06
En esta semana que concluye me escribía con un gran amigo que como yo colabora con los escasos medios de difusión de nuestra ciudad, periódicos y revistas digitales, paginas de redes y nuestros perfiles, no son tres días, en mi caso hace más de 30 años un pionero del periodismo en Guayana como Jairo Robles me introdujo en el fascinante mundo de la comunicación, era Jefe de Redacción del Diario El Bolivarense y de su mano pude por primera vez oler la tinta y escuchar el chacachaca de las rotativas, sin ningún egoísmo difundía mis artículos en otros medios, incluso de la competencia y algunos a medios exterior, me ayudó de manera paternal, perfiló mi inclinación por la escritura de opinión y desde esa época no he dejado una semana de enviar mis colaboraciones a los medios que lealmente me brindan su espacio. Ni siquiera en épocas de vacaciones dejaba mi laptop o Tablet para enviarlas, muchas veces me toco rodar algunos kilómetros para encontrar cobertura que permitiese el tráfico de datos y su llegada a destino. Mi amigo me comentaba que era difícil escribir con el miedo como acompañante, el tener que suavizar o matizar cada palabra para no traspasar la línea que sólo ellos conocen y por la cual podemos caer en sus fauces, llegamos incluso a proponer suspender nuestras colaboraciones por un tiempo hasta ver el resultado de los acontecimientos y este ha sido desde ese momento mi tema de reflexión interior el resto de la semana. Surgieron muchas preguntas, ¿Somos realmente una amenaza al gobierno? ¿Generamos con nuestras opiniones sublevaciones o rebeliones en la gente? ¿Existen conceptos que inviten a violar las leyes o a causar daños? El No rotundo fue la respuesta para estas y otras interrogantes y sólo amerita una conclusión, hay que aprender a convivir y controlar el miedo, estamos en una sociedad de miedos y al menos como homenaje a mucha gente que pasa por calvarios muchos más extremos que el nuestro debemos seguir hacia adelante, nuestros compatriotas tienen años con miedo, el no tener para darle comida a tus hijos pequeños genera miedo e impotencia, el trabajar por un sueldo que no cubre ni la décima parte de tus necesidades genera miedo, el tener que salir de tu casa con hijos a cuestas a pie y adentrarse en la selva del Darien para cruzar ríos crecidos con niños, exponerte a secuestros, atracos, extorsiones, violaciones genera terror, el embarcarte en la bestia el tren que recorre más de tres mil kilómetros hacia la frontera de Estados Unidos con tus hijos y viajar por semanas a veces sin agua o comida y con el riesgo de caer genera pánico, pasar la pampa de Perú, Bolivia buscando un futuro incierto genera pavor, el luchar por la libertad y ver que puedes ser apresado por alquilar un camión, un equipo de sonido, prestar una moto o hasta un caballo genera miedo e incertidumbre, el ser dirigente de partidos políticos debidamente autorizados es una marca suficiente para ser detenido, el encontrar una x de pintura en la pared de tu casa reviviendo los capítulos más vergonzosos de la historia como la noche de los cuchillos largos o de los cristales rotos genera temor de sobremanera por la forma en que actúan, si no te encuentran se llevan a tu pareja, ancianos, hijos menores, personas discapacitadas, no hay discriminación, todos los que nos adversen o sean familiares, amigos o conocidos son nuestros enemigos. Y pensamos en los detenidos, en personas que por pensar distinto tienen años en las mazmorras y cuando por algunas casualidades han salido son cadáveres ambulantes. Quienes nos comprometimos con la defensa de los derechos humanos debemos convivir con el miedo, tampoco discriminamos, el adversario de los defensores DDHH siempre será el gobierno, el poder, la autoridad y no nos importa si el día de mañana sean nuestros verdugos a los que nos toque defender, estaríamos cumpliendo nuestro deber, estaríamos siendo leales a nuestros principios, por tantos que no pueden hablar o defenderse. Seguiremos conversando. Claudiozamora06@gmail.com