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Como dice el tango “Y pensar que veinte años con estos políticos resultaron en nada”

Se hicieron viejos haciendo “NADA”… Porque hacer, sin lograr resultados es hacer nada. Cuando haces algo, conociendo los resultados, sin hacer cambios en la estrategia, estás haciendo NADA.

Otra vez hay elecciones y volvieron a la palestra. Salvo contados casos, todos se ven desmejorados, algunos más gordos, muchos más flacos, todos más viejos, pero con el mismo ímpetu de seguir haciendo lo mismo y mantener el «modus vivendi» en el que se convirtió ser políticos en época electoral, porque «también hay que comer» y cuando no hay elecciones se refugian en que «hay que trabajar» como si el futuro del país dependiera de cuando «nos sobran ganas, tiempo o dinero».

Llevamos más de veinte años siendo parte de estrategias explosivas y esperanzas basadas en «la nada». Nada cambia porque no hay constancia, porque se cansan, porque se entregan y también porque muchos se hicieron parte del circo de payasos y me perdonan los payasos, lo sabemos y está bien que lo digamos.

Los que hace 20 años representaban la generación política de relevo, son hoy cincuentones y sesentones que luchan, tímidamente, porque se les fue la vida en una pelea que dieron «como con ganas de perder» y ahora sienten que tienen derecho a gestionarse una “vejentud” digna.

Por otro lado están los mayores, los que disfrutaron «las mieles» del dólar a 4,30,  el “boom petrolero” y la siembra del petróleo en las tierras guayanesas… Este grupo es pequeño, pero no tiene nada que esperar, por el contrario necesita comodidad y poder para pasar sus últimos años, con una dignidad que la Venezuela actual no genera al ciudadano común, para eso hacen lo que aprendieron en ‘la cuarta’: mover las piezas del juego a su favor, sin menoscabo de «país» porque a final de cuentas «el país», su bienestar y su progreso «son ideas de gente romántica» a la que ellos jamás le permitieron pasar…Y como no pudo el amor, entonces pasó el odio. Ya ustedes conocen la historia del ‘98 para acá.

Ojalá la juventud que hoy es parte del show, logrará desaprender el método antiguo y diera la batalla «con ganas de ganar, con ganas de SER la diferencia» no importa si les dicen «en política no se hace así» porque cada vez que les dicen eso, les están dando una lección de lo que NO DEBEN HACER.

Quizás es difícil descifrar el método correcto, pero hay que empezar por saber lo que no ha funcionado en 20 años y NO VA A FUNCIONAR JAMÁS.

Más autenticidad, más inteligencia mezclada con humanidad, más lealtad a principios comunes, menos protagonismo obligado y más liderazgo genuino, quizás por esa senda podrían comenzar.

Al asumir la Presidencia de El Salvador en 2019, Nayib Bukele dijo «Tenemos 1,825 días para dejar el pasado atrás. Para conquistar lo pendiente. Para derribar barreras. Para alcanzar lo que nunca logramos alcanzar» ¿Cuántos días queremos tener en Venezuela para alcanzar esa misma meta?

Ojalá la juventud en Venezuela no siga naciendo vieja.

Por: María Alejandra Pasarella

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