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¿AGENDA COMÚN O NUEVO CONSENSO SOCIAL?

Sin reserva ni reparo, un calificado dirigente de la oposición señaló, públicamente, que las elecciones presidenciales no “resolverían nada” y lo que realmente necesita el país para salir de la crisis es una “Agenda Común” entre la oposición y el gobierno. La propuesta es sencilla, se trata de un “pacto de cúpulas” alrededor de los temas y problemas que ellos consideren importantes. Una agenda sin la gente sería un nuevo “Pacto de Punto Fijo” con desconocidos matices y un tanto devaluado.
Seguros estamos, que esta propuesta no es una iniciativa personal. Este calificado dirigente es el vocero de algunos factores de oposición que buscan, desesperadamente, recuperar espacio político para reinsertarse en las instituciones con el ánimo de satisfacer intereses particulares y grupales. Ningún planteamiento que desestime la participación de diferentes sectores sociales, económicos, culturales, académicos, religiosos y políticos puede convertirse en la “Agenda Común” de los venezolanos.
También es necesario comprender que la dimensión de los grandes problemas del país es muy profunda. Se requiere el esfuerzo de todos para construir alternativas de solución. Un acuerdo de cúpulas no garantiza nada, solo serviría para demostrar que ya la polarización como estrategia política no sirve. Tampoco ayuda, ese cataclismo político que está germinando en ambos sectores y amenaza con estériles divisiones. Nuestra realidad exige que los dirigentes se coloquen a la altura del momento histórico y demuestren su compromiso con el país.
La “Agenda Social” fue un programa presentado por Jaime Lusinchi en el año 1984, era el resultado de su nefasto “Pacto Social” que no fue más que un acuerdo de cúpulas sin la participación de distintos sectores de la vida social y económica, quizás buscaba la conciliación de las elites tras el desastre del viernes negro de 1983. En el año 1996, Rafael Caldera presentó la “Agenda Venezuela” un programa económico que tenía la aprobación de grandes empresarios y dirigentes políticos con el objetivo de resolver la crisis bancaria de 1994. Ambos fracasaron y causaron mucho daño al país. Una “Agenda Común” se presenta como otro acuerdo de cúpulas pretendiendo resolver una crisis provocada por sus contradicciones y equivocaciones.
El país necesita la cohesión de amplios sectores sociales, políticos, económicos, académicos, religiosos, culturales y deportivos para construir propuestas de solución. Nadie construye solo. No podemos conformarnos con diálogos, pactos, acuerdos o agendas de cúpulas que no garantizan la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos. También resulta inaceptable, ese juego perverso de quienes celebran cualquier agresión contra el país para crear el caos y luego de forzar acuerdos de alto nivel para buscar supuestas soluciones.
La verdadera Agenda del País está en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y ante una crisis tan compleja se plantea la necesidad de convocar una nuevo Consenso Social que aglutine amplios recursos del sector público y privado. Que convoque a sectores sociales, económicos, políticos, académicos, culturales, religiosos y deportivos para asumir el compromiso de atender los grandes problemas del país esbozados en un Plan de Desarrollo Económico y Social combinados con la necesaria Transformación Cultural.
La construcción de alternativas de solución a la crisis exige más democracia, menos acuerdos de cúpulas y más participación activa de distintos sectores sociales porque hay un interés superior: La Patria.

 

“La vida no vale nada si no es para perecer porque otros puedan tener lo que uno disfruta y ama.
La vida no vale nada si cuatro caen por minuto y al final por el abuso se decide la jornada”.

Pablo Milanés.
(Fragmentos de una canción)

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