¡Voluntad, voluntad y voluntad!
Escarbando en el baúl de las memorias, recuerdo que hubo hace mucho tiempo, un profesor en el Liceo que nos hizo una pregunta, luego de que la desmotivación nos ahogara por haber reprobado una materia: ¿Ustedes quieren ser exitosos? Pues, ¡prepárense, esfuércense y luchen hasta el cansancio con voluntad por lograr sus objetivos. ¡La voluntad es clave del éxito! En ese momento no existieron mejores palabras de ese profesor. Al cabo de un tiempo me he preguntado: ¿Qué hubiese sido en la actualidad si esa frase no hubiese retumbado en nuestra mente?, y más aún si no hubiese la voluntad para ejecutarla.
Ahora bien, ¿Qué es la voluntad? Las definiciones varían pero para tratar de englobar un poco, la voluntad es un querer, un desear sea para bien o para mal y proviene de la capacidad humana. La voluntad es la energía más poderosa que pueda existir, más que el vapor, la motriz y la eléctrica; no existe voluntad sin acción. Para deducir lo que sucede en nuestro país, en la notable e inclemente miseria en la que se está hundiendo la mayoría de los ciudadanos, ¿Dónde se encuentra la voluntad de cada venezolano para salir de este sistema devastador? ¿Es que acaso nos amoldamos a una nueva versión de dictadura? Parece que la corriente dictatorial y la época de la esclavitud nos arrastrara y los ojos de cada uno estuvieran empañados de lágrimas pero, no precisamente por felicidad sino, de frustración. ¿Hasta cuándo?, es que acaso. ¿La voluntad del mal puede vencer la voluntad del bien? Creo que la respuesta en coro de muchos es y será ¡No, jamás!
Hay que recordar cada instante de nuestras vidas que en las venas de cada uno de nosotros corre la sangre de libertadores, en nuestro ADN está el de los guerreros que lucharon fervientemente contra todo un Imperio y conquistaron la independencia, la misma de los valientes que abolieran la esclavitud en nuestra nación y la de los eruditos que escribieron los pensamientos que hoy tomamos como ejemplo. La mayor arma del sistema de la corrupción es la apatía, la desmotivación y el desaliento y al parecer muchos se cobijan con ella sin limitantes. Sin embargo, a diario nos encontramos luchadores como tú y como yo, que nos paramos al frente del actual conflicto, como punta de lanza, dando el ejemplo porque queremos el éxito colectivo.
El éxito se puede describir como el resultado de una acción, y ésta a su vez conlleva a la felicidad; querer es poder, y querer es accionar, no nos podemos quedar vociferando que queremos una mejor Venezuela en una zona de confort. Por eso: ¡hay que accionar!, por esa razón puedo hoy en día darle otra tónica a lo que dijo ese profesor hace muchos años y hacer una importante interrogante: ¿Realmente queremos el éxito de nuestro País? Para conseguirlo, hay que dejar las excusas a un lado y dejar de culpar a los demás. Tenemos que suprimir el victimismo y apartar la comodidad. No esperemos que el éxito llame a nuestra puerta pues, nos toca ir a buscarlo. La voluntad lo es todo en la vida por eso ¡Hay que accionar nuestra buena voluntad para lograr grandes cambios!
En los momentos de desesperación, agonía, que se siente que se naufraga en el mar de la frustración, que son naturales porque somos seres humanos, hay que aferrarse a nuestra inherente voluntad de realizar grandes cosas, porque la vida tiene muchos matices; lo verdaderamente importante es verla con lentes de optimismo. Si cada ciudadano se diera la oportunidad de ser optimista ante esta dolorosa situación se abriría un universo de oportunidades para lograr todas las metas que se propongan con constancia, sacrificio y voluntad. Existe una frase, de un grande como lo fue Mahatma Gandhi que dice: “La fuerza no viene de la capacidad corporal, sino de una voluntad férrea”. Hoy, sigue teniendo la razón.
@JorgeFSambrano