DISCRETO ENCANTO DE HIENAS Y DINOSAURIOS
* Toca preguntarnos si vamos a dejarnos conducir por la inercia o si en nuestras localidades nos atreveremos a actuar en consecuencia con el anhelo popular de nuevas ideas de encaminar el país que se levante de las ruinas del modelo revolucionario.
@ottojansen
Feliz 2024; augurando siempre lo mejor pese al panorama regional carcomido por los fantasmas de la corrupción, indolencias y atrasos. La mejor perspectiva en un año nacional que nos estamos proponiendo avances trascendentes. ¡Que así sea!
La verdad que en el propósito de que haya cambios, lo que toca preguntarnos es si vamos a dejarnos conducir por la inercia o si de manera particular en nuestras localidades, nos atreveremos a actuar en consecuencia con el anhelo popular de otros horizontes, otras prácticas, nuevas ideas de encaminar el país que se levante de la las ruinas del modelo revolucionario; muerto pero alimentado por la fuerza (o por la furia, como a ellos les gusta decir). El comienzo del año es la misma y repetida serie de episodios que acostumbra el régimen que no pueden soslayarse porque llevan implícito la persecución, torturas y la vida misma. Es el chantaje de la muerte y la práctica opresiva, mientras las mayorías continúan hundiéndose en el hambre. Actos de crueldad cínicos, respondido con indiferencia por las masas que callan y esperan.
Para el régimen en este proceso de los últimos meses la centrífuga ha acelerado endemoniadamente su rotación y tienen claro que si quieren volver a obtener el respaldo popular tienen que empezar de cero. Es decir, tienen que parar la batidora inmisericorde de su presencia hecha trizas como proyecto y al hacerlo, van a perder; con un costo que en justicia de ley no va a pasar debajo de la mesa para la gente. Por eso se aferran y entran en histerias. Pero para que los guayaneses y venezolanos, hartos de sufrimientos y penurias, en espera de transformaciones hacia una sociedad que recupere y reinvente sus instituciones, puedan garantizar esos objetivos tiene que fijarse muy bien en el actual ciclo de los archiconocidos políticos que vemos con los mismos métodos, las mismas organizaciones beneficiarias de sus egos y negocios, y los mismos voceros carcomidos por la obsolescencia. Figuras y figurines sin ideas para otra y muy diferente Guayana.
Así que en el escenario nacional inamovible en términos de definiciones sustanciales — por estos días de enero – de las que nadie puede asegurar como desembocaron en el logro de elecciones libres, justas y competitivas que es el gran objetivo de la población venezolana. En ese panorama la exigencia colectiva, además de cada ciudadano empujar- como ya lo han dicho acertadamente algunos- para apoyar que se produzcan las transformaciones, el otro aspecto, laborioso y de mucho de talento exige no dejarse quitar la dirección, diluida en las fórmulas políticas que han fracasado por sus volteretas y maniobras; esa vieja política que termina mandando al diablo su palabra.
Son otros tiempos. Estos en que toca a los jóvenes llevar la voz, sin que eso signifique referirnos a los jóvenes contaminados de los vicios partidistas, como tampoco entender al joven exclusivamente señalado por su condición biológica. Esa es la primera gran definición. Si pensamos que haciendo lo mismo (cito la receta metodológica tantas veces mencionada) y con los protagonistas de siempre, vamos a superar en el tiempo la pesadilla revolucionaria con su ruina económica y moral, nos vamos a llevar un buen chasco. No solo que no hay posibilidad de transformaciones, sino que definitivamente, aun saliendo de los farsantes revolucionarios, quedaremos igualmente fregados. Ni con hienas, ni con dinosaurios vamos a ir a ninguna parte.