LA DECISIÓN MÁS SABIA
Piensa bien antes de casarte. No te apures… Es mil veces mejor estar soltero que estar casado con la persona equivocada.
Piensa bien antes de casarte porque la boda es un día, pero el matrimonio es todos los días… después de la fiesta viene la convivencia…
No te apures. No tomes malas decisiones. Es mil veces mejor estar soltero que estar casado con la persona equivocada.
Si te quieres casar para que te hagan feliz, o porque sientes que ya “se te está pasando el tren”, debes repensarlo. El matrimonio no es para eso… no es para llenar vacios emocionales, ni para complacer a los demás…
Evita casarte con una persona contenciosa… la persona contenciosa es la persona que todo lo ve pleito, todo lo hace conflicto. Detecta esas pequeñas señales: las personas temperamentales, explosivas, que todo lo hacen pleito, no te darán paz.
No te cases con la idea de que ya casados harás que tu pareja cambie. Nadie cambia a nadie. Las personas cambian por sí solas cuando toman conciencia. Si cuando es solter@ es tacañ@, cuando se case seguirá siendo tacañ@. Si cuando es solter@ es mala persona, cuando se case seguirá siendo mala persona.
No confundas ser un buen padre con ser un buen esposo, o ser una buena madre con ser una buena esposa. Son papeles diferentes y debes cumplir con ambos.
El matrimonio sin amistad es como un cielo sin sol…las parejas deben ser amantes, amigos, complices… deben ser, ante todo, un equipo.
La gente a veces tergiversa lo que escucha, pero nunca pueden tergiversar el silencio… así que piensa bien antes de hablar. Una palabra mal dicha puede traer dolores de cabeza.
Hay cuatro tipos de personas con los que no debes casarte: L@s desleales, l@s conflictivos, l@s que sean dependiente de algún vicio y l@s que no son productiv@s. Por ejemplo :Antes de tener una esposa, el hombre debe tener un trabajo. Así que no deberías casarte con un hombre flojo.
Algunas mujeres dicen: “yo quiero que mi pareja me haga reir, quiero que tenga un gran sentido del humor.” Escucha esto: el humor es bueno, pero no es lo más importante. No te cases para que te hagan reír. Casarte con un comediante no garantiza que serás feliz.
Casate con alguien que tenga tus mismas creencias religiosas, creencias y valores similares, y, sobre todo, casate con alguien que sea tolerante y que respete tu forma de pensar.
Hay tres palabras muy poderosas, tres palabras que hacen que las relaciones se fortalezcan. Esas palabras son: “perdón”, “te amo”, y “gracias.”
Si quieres lo que nadie tuvo, debes hacer lo que nadie hizo. Los matrimonios solidos y fuertes pasan por crisis, contratiempos y mareas, pero tienen algo en común: lo que sea que tengan al frente lo enfrentan juntos.
Si te casas, debes superar la soltería. No hay marcha atrás. No puedes casarte y seguir actuando como solter@. El matrimonio es compromiso, es fidelidad, es respeto a tu pareja, a tu hogar y, ante todo, respeto a ti mism@.
No pongas tu prioridad en el fisico. Es cierto, debes cuidar tu salud, tu apariencia, tu energía; pero recuerda que conforme avanza la edad, es normal cambiar. No fuerces tu fisico a apariencias imposibles.