Avances científicos en Innovación Abierta y Gobernanza
La Innovación Abierta en el sector público es un hecho novedoso, inclusive si consideramos el caso de la mayoría de los países desarrollados. Con este concepto, haremos referencia al “uso de los flujos internos y externos de conocimiento para acelerar la innovación interna y ampliar los mercados para el uso externo de dicha innovación” (Chesbrough, 2003). En nuestros días, la colaboración entre las empresas y los gobiernos municipales, en la búsqueda de soluciones a la problemática social/medioambiental, es necesaria. Dichas soluciones incluyen el desarrollo de herramientas informáticas que acercan al ciudadano a la administración, con el consiguiente aporte de ideas para la optimización de los servicios públicos. Un ejemplo de Innovación Abierta.
La investigación científica está orientada hacia la creación y el funcionamiento de comunidades innovacionarias, en la búsqueda de soluciones ingeniosas que involucren la participación de un heterogéneo tipo de organizaciones, no solamente empresariales (universidades y centros de investigación, entre otras). Insistiremos en la prestación de los servicios públicos, en el contexto latinoamericano, dada la baja calidad exhibida en la mayoría de nuestros países, cuando están en manos del Estado. Para organizar al gran número de actores, con diversidad de funciones, que participan en cada solución (proyecto), es necesario disponer de una tecnología apropiada.La Tecnología Social SAI está entre las mejores opciones disponibles en el mercado porque, aparte de apoyar en la formación de comunidades de innovación, presenciales/virtuales, sirve para construir capital social y generar consensos, durante el proceso de Innovación Abierta. Los proyectos de ciudades abiertas, promovidos tanto por la Unión Europea (con la participación de varias ciudades; por ejemplo, Londres, Barcelona y París) como por el Banco Mundial, en Africa, constituyen grandes esfuerzos de investigación, cuyos resultados deben ser bien analizados y comparados. Igualmente, es importante estudiar las metodologías utilizadas en ambos casos.
No es el mercado el mecanismo que hará posible la innovación social en el sector público. Sólo por la vía de la institucionalización se logrará la difusión de nuevas formas organizativas, normas y procedimientos, además del reconocimiento y el apoyo a las autoridades públicas. Es en este sentido que las instituciones jurídicas y políticas son indispensables, porque de ellas dependerá la creación de leyes que fomenten la Innovación Abierta en el sector público, así como también su aplicación y obligatorio cumplimiento. Sin embargo, el consiguiente intercambio de flujos de conocimientos, entre organizaciones, no podrá ser eficiente sin la existencia del capital social.
Otro elemento a considerar es el de la gobernanza colaborativa, la cual incluye la participación del usuario (de los servicios públicos, por ejemplo). Esta es una forma de innovación o “enfoque colaborativo para la innovación y la resolución de problemas en el sector público que se basa en aprovechar los recursos y la creatividad de las redes y comunidades externas (incluidas las redes de ciudadanos, así como las redes de organizaciones sin fines de lucro y corporaciones privadas) para amplificar o mejorar la velocidad de la innovación, así como también el rango y la calidad de los resultados (o soluciones) de la innovación” (Nambisan en Lévesque, 2013: 34).
Referencias:
Chesborough, H. (2003). Open innovation: The new imperative for creating and profiting from technology.
Lévesque, B. (2013). Social innovation in governance and public management system: Toward a new paradigm? In: The International Handbook on Social Innovation.
Para descargar la versión más actualizada del libro completo (incluyendo todas las columnas publicadas a la fecha), haga clic en el siguiente enlace: Capital Social, José María Rodríguez, PhD. Además, para una introducción al tema, recomendamos ver el video CAPITAL SOCIAL: https://youtu.be/gRXjjZkCrzo.