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LA EXXON MOVIL DETRÁS DEL RECLAMO DE GUYANA CONTRA VENEZUELA ANTE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA

Estimados lectores, mucho se ha hablado y escrito sobre el reclamo histórico de Venezuela por el territorio Esequibo, sin embargo, nada es suficiente cuando de lo que se trata es de reivindicar los derechos históricos de nuestra patria, por un territorio, el cual por más de 500 años han pretendido despojarnos. Esta semana, como miembros del Consejo Político Estadal del PSUV, fuimos participes del Congreso Histórico realizado en las instalaciones del 911 en Caroní, acompañando a Diputados, Legisladores y Concejales, organizado por el GPP en la persona del Diputado Gilberto “pico” Alcalá, donde se disertó sobre el tema del Esequibo, en una exposición Magistral por parte del Diputado M/G Alexis Rodríguez Cabello, enlace nacional del PSUV, en donde cronológicamente puso en contexto a los presentes sobre el alcance de este diferendo limítrofe que se remonta a la época de la colonización.
Un total de 159.542 km² es el área en reclamación, que se encuentra en disputa con Guyana.
El pasado 6 de abril, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) rechazó las objeciones que hizo Venezuela sobre la demanda presentada por Guyana, ante ese tribunal, para resolver este conflicto histórico. Según los entendidos, el órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas no es competente para conocer este caso. En su sentencia, la CIJ estableció por 14 votos a favor y uno en contra, que puede decidir sobre el fondo de la demanda de la República Cooperativa de Guyana, es decir, que conducirá un juicio para determinar a quién le pertenece esa región. Tras el fallo, instruyó a las partes a presentar sus argumentos en el plazo de un año.
Ante esto, es importante entender cómo llegó este diferendo a la Corte Internacional de Justicia, ya que el antecedente más próximo del reclamo por parte de Guyana a Venezuela, se remonta a 2018, un reclamo, por cierto que no debió ser porque es una clarísima violación al Acuerdo de Ginebra, convenio firmado en 1966 , en Suiza, por Guyana y Venezuela, el cual establece que ambas naciones resolverán el diferendo de manera pacífica y satisfactoria para las partes. Sin embargo, Guyana desconociendo el mismo, de manera unilateral decidió acudir ante la Corte Internacional de Justicia e introdujo una demanda contra Venezuela, para resolver de manera definitiva la controversia sobre dicho territorio en reclamación. Dicha demanda de 2018 pasó a manos de la Corte Internacional de Justicia, gracias al Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, misma que Venezuela desconoció por cuanto la CIJ no tiene jurisdicción para conocer y menos decidir sobre este asunto, por ser un hecho violatorio al Derecho Internacional y al Acuerdo de Ginebra y que, por lo tanto, no nos ajustaríamos al procedimiento que exige la corte. Sin embargo, al la misma, admitir la demanda, resolvió que tenía jurisdicción respecto a la solicitud de Guyana y podía decidir sobre el fondo del asunto. Por ello, fijó el 8 de marzo de 2022 como fecha máxima para la entrega de las memorias de las partes, en ese momento, Venezuela presentó una excepción preliminar contentiva de sus objeciones en junio de ese año, la cual fue rechazada por la Corte en abril de 2023.
Hay quienes no están de acuerdo con que Venezuela aceptara ir a la Corte Internacional de Justicia por la carencia de esta instancia de la jurisdicción necesaria para conocer sobre el asunto, pero el gobierno, aún cuando no acudió, presentó un documento alegando las razones que motivaron esta decisión, sin menoscabo de aprovechar la oportunidad para alegar sus títulos históricos y jurídicos sobre dicho territorio, cosa que Guyana no aceptó y que la corte convino que no procedía.
Sin embargo, todavía hay una oportunidad para Venezuela de recuperar el Esequibo.
El país tiene hasta el 14 de marzo de 2024 para contrademandar y responder al documento de 500 páginas presentado por el gobierno Guyanés, donde desarrolla sus argumentos del porqué el territorio de casi 160.000km² le pertenece. A nuestra manera de ver, esta acción deberá hacerla con mucha prudencia, sin entrar en el punto sobre la nulidad o validez del Laudo Arbitral de 1899 y sí, basándose en el Acuerdo de Ginebra, válidamente contraído y aceptado por Guyana.
Por otra parte, es muy importante señalar que el año 2015, la petrolera Exxon-Mobil encontró un importante yacimiento de crudo en la costa de Guyana, particularmente, en el Esequibo, ya hacía ocho años en que Venezuela había pedido a la trasnacional, que cesara el trabajo de exploración de hidrocarburos en ese territorio debido a la controversia con ese país, a lo que la petrolera respondió que no tenía parte en la disputa territorial entre ambas naciones, pero llama la atención que en 2017 Guyana le otorgó las licencias correspondientes a la compañía para explotar petróleo y gas y en 2022, cosa que hizo y que le permitió descubrir dos yacimientos mas.
Aquello es una riqueza que puede transformar a Guyana en el segundo Kuwait del mundo, ya que en petróleo son reservas inmensas. De lo que se trata, es que ellos, valiéndose de nuestro contexto actual, recurrieron a la CIJ, por lo cual estamos, en una situación bastante compleja, debido a los intereses que se mueven con la Exxon Mobil.
Para los Guyaneses, el Laudo Arbitral de 1899 (sentencia de un tribunal de arbitraje reunido en París para definir la disputa sobre la frontera al este de Venezuela y al oeste de Guyana, para entonces colonia británica), es un documento juzgado, sentenciado y aceptado. En ese dictamen, se decidió adjudicar a Reino Unido el territorio que, en ese momento, Venezuela reconoció como la Guayana Esequiba, de 159.500 km², ubicado al oeste del río Esequibo.
Esta es la verdad procesal, pero no la verdad real. Venezuela no ha aceptado de forma legítima y expresa, ni durante ni después, la ejecución del laudo, recalcando que una vez conocidas sus interioridades en 1949, gracias al memorándum de Severo Mallet-Prevost, abogado de Venezuela y secretario de la comisión creada en 1895 para investigar e informar lo concerniente a la controversia entre Venezuela y Gran Bretaña, el país no ha dejado de protestar y solicitar la rectificación de la injusticia cometida en 1899.
En 1949, dos jesuitas que estaban estudiando en Londres, Hermann González Oropeza y Pablo Ojer, fueron invitados a hurgar en los archivos británicos para buscar y analizar la documentación que apoyara a Venezuela en su potencial reclamo del Esequibo, ambos se abocaron a esto y remitieron al gobierno los documentos que se encuentran en el Archivo de la Cancillería, metros de microfilms, centenares de documentos copiados a mano, cartografía histórica. Una investigación entregada a Rómulo Betancourt en marzo de 1966.
Este documento presentado por los sacerdotes jesuitas estableció que el tribunal de arbitraje trabajó sobre una línea limítrofe falsa.


Así conocemos que las cuatro líneas de (Robert) Schomburgk, a quien Gran Bretaña le encomendó una expedición botánica y geográfica a Guyana, para definir las fronteras con Venezuela, cuyo primer mapa elaborado por éste en 1935, reconoce la frontera por Gran Bretaña de 1830, o sea, hasta los límites del Rio Esequibo, sin embargo, luego se prestó a las pretenciones de Gran Bretaña, cuyo verdadera intención, fue apoderase de la Cuenca del Yuruari, uno de los yacimientos de oro más grandes del planeta.
20 años después de la muerte de Schomburgk, los británicos adulteraron las planchas de cobre de su segundo mapa y trazaron dos líneas más, en 1887 y 1897. Esta última suma más de 200.000 km2 de suelo venezolano. De esa forma, para Guyana, Venezuela aceptó el Laudo de París, con esa última línea divisoria.
Es cierto, y se configura en un error histórico que pesa bastante a la hora de un tribunal. Guyana, empeñada en que Venezuela debe demostrar la nulidad del Laudo de 1899, asume nuestros planteamientos como una suposición y pide que lo demostremos. En realidad, el tribunal le dio carácter jurídico y legal a una línea que no existe, y sobre esto se fijó la frontera. No reconocen que Venezuela fue obligada a aceptar la decisión arbitral, ya que en ninguna línea del Laudo dice porqué se trazó la frontera. Además, en 1899 la prensa británica y de otros países consideró la decisión arbitral como una grosería, y un atropello a un país pobre, porqué sería?


En 1966, la Segunda Guerra Mundial ya había terminado y el Reino Unido se encontraba en una situación difícil por la descolonización de sus territorios de ultramar. Guyana fue uno de ellos, quien ese año obtuvo su estatus como nación independiente. Venezuela, por su parte, era una importante potencia petrolera (el segundo país productor y exportador a nivel mundial). Ya no éramos aquel país pobre, a quien habían subestimado su capacidad de entendimiento y raciocinio, en una marcada arrogancia Británica, ahora teníamos convenios económicos con Gran Bretaña, lo que cambió las condiciones de negociación, ya que en el Acuerdo de Ginebra, se estableció una comisión mixta con el encargo de buscar soluciones prácticas y satisfactorias para resolver el diferendo, pero los Guyaneses se mantuvieron firmes en cuanto a que, Venezuela debía demostrar que el Laudo Arbitral de París era irrito, llegado a este punto muerto, la comisión fracasó, allí se perdieron cuatro años, Guyana vendió la idea de que un país grande, le estaba arrebatando territorio a un país pequeño. Debido al fracaso de la comisión mixta y al clima de hostilidad política desarrollado por Guyana en el Caribe, en 1970, durante el gobierno de Rafael Caldera, se firmó el Protocolo de Puerto España, en donde se estableció un plazo de 12 años para retomar el asunto en mejores condiciones, que no tuvo éxito, que al expirar, en 1982, el presidente Luis Herrera Campins decidió no renovarlo.


Finalmente, en julio de 1986 la cancillería venezolana convino en proponer la figura de los Buenos Oficios. Esta fue acogida por la ONU y aceptada por Guayana, pero esta figura tampoco tuvo éxito. Así, el 29 de marzo de 2018, Guyana, desconociendo el Acuerdo de Ginebra y de manera unilateral decidió acudir a la Corte Internacional de Justicia.
Los próximos pasos corresponden más al orden jurídico que al de los historiadores. Sin embargo, estos son muy importantes, para recopilar la documentación y alegatos necesarios, donde los abogados juegan un papel fundamental porque es un tema de jurisprudencia y de legalidad.
El fallo de la Corte Internacional de Justicia no procede por cuanto violenta lo establecido en el acuerdo de Ginebra de 1966.
La vía política diplomática es un último recurso. Venezuela ratifica su inequívoco derecho sobre el territorio Esequibo, derecho que no estamos dispuestos a ceder. El sol de Venezuela siempre nacerá por el Esequibo. Así sea!.

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