La ciudad, su rio y el abandono

Dr Reinaldo Brines Duarte.
Razón tubo Manuel Yanez plasmando en el inicio de su hermoso poema-canción eea frase que define el gentilicio guayanes:
sus costumbres y tradicion ancestral que ha, y perdurará a través del tiempo que en esta época de el año, se hace una especie
de obligación y necesidad a la vez, de ir al paseo y contemplar estaciodo la grandeza y majestuosidad de nuestro rio.
Ya, anteriormente, don Romulo Gallegos lo había hecho cuando, colocando en una de sus novelas- CANAIMA-, ubica a su personaje central de esta, Marcos Vargas, que al regresar de estudiar en Trinidad, lo que era costumbre de la sociedad guayanesa de esa época, enviar a sus hijos
a formarse en ese país; acude emocionado a encontrarse con sus compañeros de infancia y juventud en la famosa » laja de la sapoara «y les dice: Que hubo ?, Se es o no se es ?. Hoy, esta marca geográfica, emblemático lugar identitario no puede ser contemplado porque quedó oculto al ser cubierto por un muro de concreto cuando fue construido el actual Paseo Orinoco en el gobierno del Presidente Leoni y Leopoldo Sucre Figarela era ministro de obras públicas y mi entrañable amigo, ductor y tutor político,Don Pedro Battistini Castro, gobernador del Edo Bolivar.
En esa respuesta de Marcos Vargas, identifica, describe Gallegos, el espíritu y características del guayanes: aventurero, arriesgado, desafiante y dispuesto a todo.
En esta época del año, cuando nos deleitamos espiritualmente contemplando la majestuosidad de nuestro rio padre, no podemos negar la inmensa emoción que esto produce y el cúmulo de recuerdos que acuden a nuestra mente, llevándonos a evocar momentos gratos de nuestra vida pasada transcurrido en nuestra hermosa y agradable cuidad. Pero, lamentablemente, y hay que decirlo; quienes la han dirigido, la han gobernado los últimos tiempos, la mantienen en la decidía y el abandono: no se justifica el deterioro que nuestro hermoso paseo, con su agradable bulevar que todo guayanes y los venidos de otras partes, disfruta al visitarlo, se encuentre en la situación actual: sucio, grandes tramos a oscuras y el borde de nuestro rio lleno de desperdicios (plásticos y otros obtos), lo que evidencia la poca importancia y valor tiene para » los extraños » que han gobernado nuestra querida ciudad.
Valorar, resaltar lo propio, lo auténtico que se tenga, identificarse con la cultura, las costumbres, idiosincrasia propia, mostrar, destacar la autenticidad es muestra de apego y deseo de integración a una ciudad, region o pais. Si no nos identificamos con lo que tenemos, no hay arraigo ni sentido de pertenencia. Esto, es una máxima indudable para todo aquel que ha sido o hemos sido forastero o extraño en algún lugar y momento de nuestras vidas, sabe Nuestra ciudad, ha sido refugio de muchos que han venido, se han quedado y formado familia, que han aprendido a amarla como a la propia tierra que los vio nacer, por que el guayanes es receptivo, amable, solidario, desprendido y orgulloso de su terreno. Solo le pide al que llega, que valore y quiera a su ciudad, como el lo hace.
Para que podamos continuar disfrutando de la hermosura, majestuosidad de nuestro rio, de los impactantes y bellos atardeceres que nos brinda la naturaleza y ese entorno especial que nuestro puente produce y para que nuestros pescadores nos continúen brindando su ancestral trabajo que con tanto orgullo realizan, debemos conservar, no solo el acervo cultural y tradiciones autóctonos; también preservar la infraestructura existente, por lo que se requiere INSTAURAR políticas de conservación y preservación de espacios, ambientes históricos para el disfrute y deleite de la ciudadanía.
Cuando se dice, se promueven eslogan como YO AMO A CIUDAD BOLIVAR, no debe ser sólo publicidad vacía, debe ser acompañada de decisiones y conductas que conducen a hechos concretos como preservar nuestras tradiciones y patrimonios históricos que no se ven por ninguna parte.