AFLOJANDO LA SOGA

Por Claudio Zamora
@claudiozamora06
Existe una materia importantísima en los estudios de tercer y cuarto nivel que se llama “Estrategias de Negociación”, en la misma te enseñan las tácticas existentes para lograr éxito en cualquier negociación, desde un pequeño acuerdo familiar, hasta las más altas negociaciones a nivel político como el fin de la guerra o de las deportaciones. Las mismas técnicas son conocidas y aplicadas en su mayoría por el común de la gente sin siquiera conocer que tienen una estructura técnica y un procedimiento de aplicación. Cuantas veces en mi profesión me encontré con el esposo o la esposa en un doloroso proceso de divorcio que pedían que a su contraparte no se le diera ningún bien de la comunidad conyugal, que no le tocara nada, que preferían que se perdiera todo e incluso le ofrecían al abogado que se quedara con inmuebles, vehículos y otros bienes por el sólo sádico placer de ver a la otra parte sufrir, esa técnica se llama todo o nada; existe otra en la cual pides casi todo para demostrar en el proceso que puedes disminuir tus pretensiones y que eres flexible, al final obtienes más de lo que te corresponde como esas tiendas que suben excesivamente los precios para después dar el 70% de descuento y ganar lo mismo o más que un proceso de negociación transparente, ese lo llamaríamos la negociación inflada; esta la del policía bueno y el malo, la de amenazas, posición cerrada, cambios de última hora, presión psicológica, silencio extremo y muchas otras, todas persiguen algo y pueden intercalarse conforme al desarrollo y los avances. Hago esta introducción para referirme a la táctica aplicada por Donald Trump en su política tanto externa como interna, en gran medida por la preocupación que me genera tener gran parte de mi familia en ese país y buena parte de amigos y relacionados. Me ha generado profunda tristeza ver las redadas del departamento de inmigración (ICE) por sus siglas en ingles en proyectos de construcción, fincas agrícolas, hoteles y restaurantes donde la gran mayoría de trabajadores son inmigrantes latinos, galpones abarrotados de cascos de construcción, de gente decente, trabajadora, la cual realizó miles de esfuerzos por llegar con su familia a una tierra que le brindara las oportunidades que no tenían en su país, para que le trastornaran la vida de la noche a la mañana. La política extremista de Trump ha tropezado con el principal obstáculo de un soñador como es: La realidad, sólo al llegar al gobierno prometió en un mes acabar con la guerra de Ucrania y esta a punto de botar tierrita y no jugar más, recortando su ayuda militar, lo mismo ha pasado con su guerra frontal con la inmigración, pareciera que no revisaron las cifras, que no cayeron en cuenta que el 15% de la población de Estados Unidos la constituyen los inmigrantes, hablamos de casi cincuenta millones de personas, solo en el sector de la construcción representan casi el 30% de la población laboral sin contar que hay Estados fronterizos donde este porcentaje se duplica, cifras similares hay en el sector agrícola, hotelero, servicio doméstico, transporte y otros, sólo el año 2022 la población inmigrante aporto en impuestos 98 mil millones de dólares al Estado, las protestas no se han hecho esperar y la cobertura de noticias ha sido de amplia difusión en apoyo a una población que aporta muchos beneficios a la economía y sociedad norteamericana que obligó a pronunciarse al presidente suspendiendo temporalmente las redadas, el papel de los gobernadores también ha sido crucial, en un país con perfecta separación de poderes y bajo el lema de “No Kings” (No queremos reyes) quieren hacer entender a Trump que ese extremismo no beneficia a los estadounidenses. Por su parte creo que era una estrategia medida, apretar la soga hasta casi asfixiar para luego soltarla poco a poco. Seguirá deportando selectivamente y las protestas bajaran de intensidad aceptando que, ante este extremismo, son un mal menor. Inteligente estrategia ya conocida. Seguiremos conversando. Claudiozamora06@gmail.com
