¡Lo que quieren los electores!
Andrés tenía 20 años de edad, recuerdo una vez haberlo entrevistado y hablar de política, algo poco común para un joven de su edad, Andrés solía hablar del deseo de ayudar a mejorar su municipio, honestamente jamás imagine muriera tan pronto. Hijo único proveniente de una familia de escasos recursos económicos falleció víctima de una enfermedad renal que cegó sus sueños, Andrés no contó con el dinero suficiente para cubrir el costoso tratamiento y así como él son cientos, tal vez miles los Venezolanos que sufren a diario los embates de una crisis económica agobiante y despiadada, probablemente a la familia de Andrés no le interesa explicaciones políticas sobre el origen del deterioro en la calidad de vida del venezolano, para ellos el bloqueo y la caída en los precios del petróleo no tienen sentido alguno, frente a una enfermedad crónica que termino vistiendo de luto a otra familia en Venezuela.
Una vez más corresponde un proceso electoral y aunque la campaña no ha iniciado legalmente es evidente que muchos de los aspirantes ya se lanzaron a la carrera por los votos. Fotos y videos van y vienen, impregnados de abrazos, besos y apretones de manos que ni siquiera la pandemia ha sido capaz de impedir. Todos los candidatos escuchan con atención los problemas de sus ciudadanos como si de la primera vez se tratase, los miran directo a los ojos tal vez con la intención de infundir confianza, otros van mas allá y se atreven a nadar entre las ruinas que el agua dejó a su paso, en el discurso político de los competidores predominan algunas palabras: Revolución, cambio, municipio potencia, la Guayana posible, ciudad del futuro y muchas más, todas hacen eco en las almas desgastadas de quienes sufren.
La buena gerencia es y será siempre determinante en la administración de los recursos públicos sean pocos o muchos, una gestión exitosa es el reflejo de políticas asertivas, coherentes, eficientes, sustentables que desemboquen en la mayor suma de felicidad posible entregada los pueblos, un sistema de salud robusto y eficiente, calles limpias y seguras, una economía productiva, equitativa y de crecimiento, desarrollo de la cultura y el deporte como base para la formación de ciudadanos sanos física, emocional y espiritualmente, educación de alto nivel que sirva como herramienta para salir de la pobreza, espacios públicos aptos para el disfrute y esparcimiento de la familia, proyectos de urbanismos con servicios básicos funcionales, en fin CALIDAD DE VIDA.
¿Están los candidatos a las alcaldías y gobernaciones a la altura de semejante compromiso?
Por Andrea Calma