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ACTORES, ESCENARIOS Y LIBRETOS

Por Claudio Zamora
@claudiozamora06

No recuerdo en mis años de memoria un fin de año tan atípico como el actual, ni siquiera el de los años de la pandemia, que viendo la serie de Cien Años de Soledad me recordó su peste de insomnio expandida por Rebeca la hija adoptada por los Buendía. No hay un ambiente navideño contagioso, muy pocas casas adornadas, urbanizaciones decoradas, compras nerviosas u otros comportamientos comunes en estas fechas, con quien hablas te dice que “algo debe pasar el 10” sin saber con exactitud que puede ser. Hay una expectativa en el ambiente, existe una calma chicha como llamamos aquí en espera de una fecha clave para nuestro futuro como lo es el 10 de Enero, fecha en la cual debe juramentarse un Presidente en Venezuela para el próximo periodo presidencial de seis años, para el mismo existen dos actores, el actual Nicolas Maduro y el presunto elegido por las urnas Edmundo González, y digo presunto sin un ápice de remordimiento porque mi condición de opositor esta más que probada durante todos estos años, pero no puedo hacer comparsa a las alegres e improvisadas versiones tiradas a las masas como una forma de alegrar la tribuna con falsas expectativas que han sido reiteradas en todos estos años y que nos han llenado de desilusiones, Guiado y su gobierno interino por ejemplo, hay un hecho público, notorio, noticioso y general, que la oposición ganó las elecciones presidenciales de Julio 28 por amplia mayoría, hay también un buen número de actas de votación que pretenden demostrarle al mundo y que han sido presentadas en varios foros mundiales la “prueba” de las votaciones, hay también versiones de los escasos observadores internacionales que avalan los dichos de la oposición y de manera tibia hacen presumir un fraude, hasta ahí todo esta claro, pero vamos a la cruda realidad, en todos los foros mundiales se ha presentado a Edmundo González Urrutia como el presidente “Electo” y eso no es verdad. En la mayoría de los sistemas para ostentar esta cualidad hace falta ser proclamado como vencedor en las elecciones y eso lo hizo el Organismo encargado del Consejo Nacional Electoral (CNE) con Nicolas Maduro gritemos, chillemos y pataleemos. Que no cumplió con los escrutinios, que no publicó las actas, que nadie conoce los resultados parece crudo, pero es harina de otro costal. En la mayoría de los regímenes se juramenta el presidente Electo y este es, el que proclama el Tribunal de Elecciones como en Chile, El Congreso como en España o el Colegio Electoral como en los Estados Unidos, en nuestro caso el CNE y ya lo hizo el lunes siguiente a la elección. En este caso hay un solo escenario probable, el viernes 10 de enero del 2025, y es que debe conforme al artículo 231 de la Constitución juramentarse un nuevo presidente para el siguiente periodo presidencial. Lo he repetido en infinidad de artículos, me siento como un loco en el desierto, he anunciado muchos de los acontecimientos ocurridos en los últimos años y nadie me ha tomado en serio y tampoco pretendo que lo hagan hoy, sólo cumplo con advertirles que con todas las trampas y triquiñuelas del gobierno ha sido coherente en su libreto, existe una verdad real y una verdad procesal para nosotros los abogados, esta última es la que manda en los tribunales porque se acompaña con las pruebas formalmente exigidas y al menos en eso no han perdido el norte, tienen un acta de proclamación necesaria para juramentarse. La legalidad es criminal a veces, no puedes demostrar que el mercado es tuyo si no tienes la factura de compra emitida por la cajera del supermercado, así te hubiesen robado la comida camino al estacionamiento, el policía se la devolverá al ladrón porque tiene la prueba, no se tomara la molestia de revisar la cedula de identidad o el rif, para él es suficiente quien porte la factura, Edmundo es el comprador, Nicolas el que tiene las bolsas, la cajera el CNE y el policía el TSJ, que negó los recursos para verificar la factura y ratifico a quien pertenecían las bolsas. Lo demás son libretos desesperados y hasta milagrosos que nos encantarían que ocurran pero es necesario, al menos por un rato que alguien nos diga donde estamos parados, así el golpe no será tan duro si llegase a ocurrir. Sigamos manteniendo la esperanza, pero con los pies sobre la tierra. Seguiremos conversando. Claudiozamora06@gmail.com

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