TRANSICIÓN DEL PAÍS, EN CAMINO, IMPLICA ACTUACIONES EN EL ESTADO BOLÍVAR

@ottojansen
A diferencia del proceso político que viene conduciendo a la realización de las elecciones presidenciales del próximo 28 de Julio, en el que a falta de garantías de ley, se ha impuesto la presión de la gente, el pulso del liderazgo salido de la consulta colectiva, caso María Corina Machado, y que cada paso ha salido de la tesonera construcción de estrategias y debates en el que han participado, o se han visto obligados a ello, los factores nacionales con sus yerros, aciertos y convencimientos.
Diferente a un proceso de atropellos por el chavismo y constantes escaramuzas del juego politiquero, es la conformación de una dinámica de equilibrios de negociaciones, determinación de zonas claras y otras más oscuras (como rezan los especialistas) en función de implementar (con la transición) la visión del cambio profundo que exige Venezuela. Este momento está en ciernes y puede sorprender a los escépticos o a colaboracionistas del régimen que han negado hasta el presente todos los signos de determinación mayoritaria de clausurar el 28 de julio el desastroso proyecto revolucionario bolivariano. Ahora, a los que no puede sorprender y deben estar preparados, por lo tanto, es a quienes en circunstancias que sean (y en esto los grupos de la sociedad civil guayanesa son de fundamentales protagonismos), les tocará abordar las decisiones de manera racional ante los nudos problemáticos que van a hacerse visibles en la etapa de transición de los próximos meses. No es solo el plano nacional, también implicará a Guayana en virtud de muchos de los episodios relacionados con la ruina de las empresas básicas, la violencia y la depredación minera, el abandono de las ciudades, la involución de los servicios públicos, proyectos fraudulentos en los municipios, la presencia en el territorio regional de grupos irregulares y bandas anti sociales organizadas, el hundimiento del sector educativo y de salud, entre muchos otras secuelas de una gestión pública fantasma y demoledora para la región. En consideración a las complejas problemáticas específicas y singulares del estado Bolívar, la voz de los guayaneses y de su vanguardia ha de ser sumamente valiosa para la propuesta de logros y avances que permitan salir del pantanal que hasta ahora ha sido la actuación institucional local y los negociados de orden económico en los que han tenido presencia sectores partidistas de todos los colores. Es decir toca la demostración del dominio de la naturaleza de esta etapa para poder vislumbrar otros y nuevos horizontes.
En nuestra extensa Guayana, en lo que al comportamiento de los factores de decisión históricamente se ha apreciado, ha sido la propensión naturalizada al debate doméstico y chiquito, rumores e infidencias de bajo tenor. De esos rincones, en las nuevas coyunturas es menester huir cuando se abren las puertas de definiciones que implican la hondura del ejercicio de la democracia moderna y de los ciudadanos. Esto también significa que la transición y el plan para el nuevo país, en correspondencia con la memoria del horror de 25 años perdidos de autoritarismo, corrupción y cháchara revolucionaria, tiene que tener sus propuestas y actuaciones a nivel nacional, pero igual en la región y por supuesto en los municipios y poblaciones distantes. Construir el sentimiento nacional desde la presencia concreta y solidaria, obras y soluciones para todos; de forma de poder evidenciar que la gente no solo aportará sus votos, masivamente y de forma impresionante como todo lo indica pasará en las elecciones con la victoria de Edmundo González, sino que contará con los anhelos que su familia, comunidad, pueblo, ciudad quiere para el futuro de Venezuela y del estado Bolívar.
FOTO— (Referencial-Cortesía)

 

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