TIPS DE ELIAS ROJO…

- -¿QUÉ IMPLICA DECLARAR UN “CONFLICTO ARMADO NO INTERNACIONAL” CONTRA LOS CARTELES? Al declarar a los carteles como “combatientes ilegales”, Trump borra la frontera entre crimen organizado y enemigo militar, permitiendo ataques sin juicio ni extradición. Esta figura proviene del derecho de guerra, no del derecho penal. No reconoce derechos humanos ni garantías procesales. El concepto de “conflicto armado no internacional” (CANI) permite a EE.UU. usar fuerza militar dentro o cerca de otro país sin necesidad de autorización del Congreso ni de organismos multilaterales. Se activa cuando hay enfrentamientos sostenidos entre fuerzas armadas y grupos organizados, aunque no haya guerra formal. Trump puede atacar embarcaciones, campamentos o rutas vinculadas al narcotráfico en aguas internacionales o fronteras, alegando legítima defensa. Esto desdibuja la soberanía territorial de países como Venezuela y nos deja expuestos a operaciones “quirúrgicas” sin previo aviso. Bajo esta doctrina, cada ataque puede ser presentado como “acción contra el crimen”, aunque tenga efectos militares, políticos y diplomaticos. Se abre la puerta a intervenciones selectivas, sabotajes, bloqueos y operaciones encubiertas, sin asumir responsabilidad internacional. La narrativa del CANI permite a Trump evadir el marco de la ONU, ignorar el derecho internacional y actuar unilateralmente, mientras se posiciona como “protector del pueblo estadounidense”. En el caso venezolano, justifica ataques navales, presión diplomática y eventual intervención, sin necesidad de declarar guerra ni negociar. Están disfrazando su intención de intervenir militarmente o ensayar una nueva modalidad de injerencia.
2.- QUIÉN CONTROLA EL DÓLAR? El bolívar ha caído más del 70% frente al dólar en lo que va del año. El FMI, por su parte, proyecta para Venezuela la inflación más alta del mundo. La brutal devaluación de nuestra moneda nacional, tanto en el mercado oficial como en el paralelo, asfixia a una economía dolarizada que depende del petróleo y de las importaciones. También asfixia la vida diaria del venezolano que sucumbe ante la desesperanza porque siente en indefensión absoluta. La atención de Maduro está centrada en el Caribe, donde Estados Unidos desplegó una inmensa flota naval con el argumento de combatir el narcotráfico. Pero para la mayoria de la población, más preocupante es la crecientem inflación que destruye el poder adquisitivo. Mas preocupante es la cotización diaria del dólar porque define los precios de bienes y servicios. Ese es el tema central en la conversación del venezolano de a pie y al llegar a fin de mes adquiere prioridad absoluta. En el mercado oficial el billete verde se cotiza a 185 bolívares, pero en el mercado negro está a cerca de 320, un 72,9% más. El gobierno logró contener el tipo de cambio hasta 2024 para frenar la inflación. Pero ya este año no pudo mantener el anclaje y el FMI proyecta para fin de año una inflación de 254%, la mayor del mundo y el pueblo sufre las terribles consecuencias. Mientras tanto el venezolano se pregunta ¿Quién controla el dólar?
3.- LOS INDIGENTES DE LA POLÍTICA. Viven entre la espera pasiva y la cooptación silenciosa. Sin brújula ni principios. Son militantes de la oposición en reposo absoluto, que han renunciado a cualquier acción política transformadora. Esperan una intervención extranjera como tabla de salvación, sin construir fuerza social ni interpretar el momento histórico. Establecen relaciones ambiguas con actores gubernamentales, que los toleran como piezas menores, pero los tratan como indigentes políticos. No representan amenaza ni alternativa, carecen de organización, discurso y capacidad. Han perdido principios, convicciones y capacidad de lectura del país real. No comprenden las implicaciones sociales, geopolíticas y económicas del conflicto Venezuela–EE.UU. Su discurso es mimético, sin arraigo ni propuesta, y su accionar está desconectado de las mayorías populares. Al no disputar el sentido ni el territorio, refuerzan sus contradicciones. Su presencia sirve para simular pluralidad, pero no para construir alternativas. Son testigos pasivos de la historia, esperando que otros hagan lo que ellos abandonaron. Los más grave es que esos indigentes de la política consideran que por “predestinación biblica” pueden ser gobierno.
- EN EL CLEB GERMINAN LOS GRUPOS Y SE DILUYE LA INSTITUCIÓN. En el Consejo Legislativo del estado Bolívar (CLEB), los grupos no se configuran por diferencias ideológicas ni por proyectos políticos de transformación. Lo que germina son alianzas circunstanciales, tejidas en función de intereses particulares, cargos, favores, cuotas de poder y beneficios personales. Esta dinámica convierte al CLEB en un terreno fértil para contradicciones internas que no responden a debates de fondo, sino a disputas por espacios de influencia. La fragmentación no fortalece la pluralidad democrática, sino que debilita el sentido institucional. Mientras los grupos se reproducen, la institución se diluye. La responsabilidad social del CLEB, como órgano legislativo que debería representar al pueblo trabajador, queda relegada, opacada por una lógica de reparto y supervivencia burocrática. Recuperar el sentido del CLEB exige reconfigurar sus prioridades para pasar del cálculo personal al compromiso colectivo, del reparto de cuotas al ejercicio soberano de legislar para el pueblo.
5.- EL AIRTM Y LA DESGRACIA DE MUCHOS COMO BENEFCIO DE POCOS. Los fondos del AIRTM llegaron al estado Bolívar como supuesta ayuda solidaria para militantes de oposición. Pero lo que debía ser alivio colectivo terminó en reparto cerrado, administrado por un minúsculo grupo que excluyó a decenas de activistas. Los adecos, marginados del festín, iniciaron reclamos formales ante las instancias nacionales. Los recursos, provenientes de instancias extranjeras, se justifican como “ayuda humanitaria”, pero terminan premiando a operadores políticos sin arraigo social ni compromiso real con el país. Se reparten como si fueran cuotas de poder, no como respuesta a necesidades urgentes. Si así reparten en la oposición, ¿cómo sería su lógica de gobierno? ¿Más exclusión, más privilegios, más simulación? El AIRTM no solo alborotó la miseria, la instrumentalizó. Transformó la desgracia de muchos en beneficio de unos pocos. No se trata de quién reparte, sino de cómo y para qué. La ayuda que no fortalece el tejido social ni reconoce el protagonismo comunitario, es solo otra forma de dominación. Venezuela no necesita limosnas administradas por operadores sin legitimidad. Necesita justicia social y soberanía económica. Ahora, hay dirigentes de oposición que mantienen reposo absoluto remunerado.