Talento guayanés impulsa la robótica inclusiva y brilla en competencias internacionales

Con tan solo 12 años de edad, Ibrahim Rahwan Falaha, estudiante de la Unidad Educativa Colegio Loyola Gumilla, se ha convertido en un orgullo para Guayana al destacar en el mundo de la robótica, la inteligencia artificial y las olimpiadas internacionales de matemáticas.
Su historia de éxitos comenzó en 2024 con la creación de Braillbot, un robot diseñado para personas con discapacidad visual, con el que logró el primer lugar en dos competencias regionales (Cumaná y Caracas) y clasificó para la final nacional de la World Robot Olympiad (WRO).
Ibrahim no se detuvo allí. También representó a Venezuela en las Olimpiadas Internacionales de Jóvenes Matemáticos WYOM, donde obtuvo medalla de bronce tras superar con éxito la segunda ronda del certamen. Al mismo tiempo, continuó perfeccionando sus conocimientos en robótica y programación.
En noviembre de 2024 presentó Autimax, un robot asistente para niños con autismo, dotado de reconocimiento facial y la capacidad de detectar estados emocionales para generar estímulos musicales que ayuden a mejorar su estado de ánimo. Este proyecto le permitió posicionarse como uno de los talentos más prometedores del país en materia de innovación social y tecnológica.
Su talento matemático también se consolidó con su participación en las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas LIMOC, donde conquistó una medalla de plata, reafirmando así su dominio en dos áreas clave: robótica y ciencias exactas.
En 2025, Ibrahim dio un nuevo paso con la creación de MedicalBot, un robot humanoide asistente radiólogo que utiliza inteligencia artificial Gemini para analizar tomografías y radiografías. Durante su entrenamiento inicial, el robot demostró capacidad para detectar anomalías pulmonares y emitir un primer diagnóstico automatizado, ofreciendo recomendaciones al especialista médico para la realización de exámenes complementarios.
Este proyecto, desarrollado junto a dos compañeros, requirió meses de programación, electrónica y ensamblaje, y logró un reconocimiento honorífico en la competencia regional de robótica recreativa, clasificando al evento nacional. Aunque no obtuvo el primer lugar, el proyecto fue ampliamente elogiado por su enfoque médico y su potencial de impacto social.
De forma paralela, Ibrahim volvió a clasificar en las Olimpiadas Internacionales WYOM por segundo año consecutivo. Sin embargo, no pudo participar presencialmente debido a limitaciones logísticas, ya que no se ofreció modalidad virtual. Aun así, su espíritu de superación no se ha detenido.
Actualmente, Ibrahim continúa perfeccionando sus conocimientos y trabajando en nuevas ideas para fortalecer el uso de IA en soluciones robóticas funcionales. Su próximo objetivo es representar a Venezuela en las Olimpiadas Internacionales LIMOC 2025 junto a otros jóvenes talentos nacionales.
Sueña con convertirse en ingeniero en nanotecnología y algún día trabajar en la NASA. Para alcanzar estos objetivos, necesita del apoyo de la comunidad, instituciones y empresas que apuesten por el talento científico venezolano.
“Quiero que mis robots sirvan para ayudar a las personas y mejorar la vida de quienes más lo necesitan”, expresó Ibrahim, quien a su corta edad ya se perfila como uno de los innovadores más prometedores del país.
