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QUÉ VIENE DESPUÉS DEL 25 DE MAYO

Las elecciones del próximo 25 de mayo se realizarán en un escenario de profundas dificultades económicas derivadas de las sanciones contra el país, el asedio internacional con la política de “máxima presión” impuesta por EEUU en combinación con la ineficiencia, el burocratismo y hechos de corrupción administrativa que han causado mucho daño a la nación. Con una oposición fraccionada por sus contradicciones internas y factores que siguen invocando la abstención. Se vislumbra una baja participación con una victoria para el chavismo con disimiles expectativas populares sobre lo viene después del 25 de mayo.
Este proceso electoral no servirá como un hito político para medir la correlación de fuerzas ni fraguar la polarización social porque la oposición se presenta fraccionada y desgarrada sin fortaleza organizativa ni capacidad política para entender la realidad nacional y vincularse con distintos sectores sociales. Son grupos en pugna por el control del financiamiento internacional con distintas visiones sobre los mecanismos para acceder al poder. El chavismo se presenta, electoralmente, unido alrededor de un planteamiento de transformación institucional y político para corregir errores y reafirmar el rumbo del país.
La economía, la recuperación del aparato productivo y su relación con las 7 Transformaciones planteadas por el Presidente de la República deberían ser aspectos claves de la materia regional y legislativa. Ese debería ser el eje de una campaña electoral que mantiene latentes expectativas de cambios políticos y transformación en amplios sectores de la sociedad. Destacados candidatos y calificados voceros del chavismo han planteado que el 25 de mayo puede ser un punto de inflexión que marque una nueva etapa de la Revolución Bolivariana.
Se ha resaltado la necesidad de acelerar los pasos hacia el Estado Comunal lo cual implica una Reforma Constitucional que incluya el Poder Popular como parte esencial del Poder Público Nacional y factor determinante de la Democracia Participativa y Protagónica. Ese planteamiento supone una profunda transformación institucional que exige quebrantar esa colosal estructura burocrática que complica procedimientos administrativos, paraliza cualquier proceso de cambios y convierte las instituciones en centros de negocios.
En la calle no se manifiesta un gran entusiasmo por las elecciones. Sin embargo, se han creado expectativas de cambios en las instituciones por reiterados anuncios presidenciales que hablan de “voltear ministerios y gobernaciones como una media” para lo cual insiste, el Presidente de la República, en que cada funcionario debe “ponerse a la orden y al servicio del plan de transformación y de la construcción de un nuevo sistema de gobierno” porque Venezuela necesita cambiar.
Desde esta perspectiva, el 25 de mayo provocará un reacomodo político de los factores y grupos de poder dentro y fuera del gobierno y al mismo tiempo comienza a abrir una brecha política para la construcción de un Nuevo Consenso Social.
En el estado Bolívar prevalece la necesidad de una profunda transformación de la gobernación que se ha convertido en una inmensa estructura burocrática que carece de eficiencia y eficacia para atender las expectativas populares y solo sirve para satisfacer las exigencias del clientelismo político y las ambiciones grupales. La oposición está disuelta y las expectativas están concentradas en la candidatura del chavismo.
Después del 25 de mayo, no hay tiempo para celebrar, es necesario comenzar la transformación de la gobernación y convocar un “Nuevo Consenso Social” que permita unificar Guayana alrededor de un Plan Regional de Desarrollo Económico y Social.

“Yo me dediqué a cambiar el mundo y no cambié un carajo, pero estuve entretenido.
Sin embargo, me voy a morir feliz. No gasté mi vida solo consumiendo. La gasté soñando, peleando, luchando. Me cagaron a palos, si, pero le di un sentido a mi existencia”

Pepe Mújica

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