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POTENCIA FERROVIARIA

Por Claudio Zamora
@claudiozamora06

Conocí mi primer tren muy pequeño, así como mi vida tiene una conexión invisible con el mar, la tiene con los rieles, en el sitio en que nací el tren corta la ciudad por uno de sus costados y se desliza bordeando el mar en un paisaje fantástico que aun idealizó, mi madre sola la mayor parte del tiempo, porque mi padre siempre trabajo lejos de casa, esas tardes de aburrimiento en que las horas se alargaban me llevaba a la estación de Viña que si mal no recuerdo quedaba cerca de la Quinta Vergara o tal vez era una estación en Agua Santa cerca de la casa de mi abuelo Alberto, los recuerdo después de seis décadas se vuelven difusos. El asunto es que lo que si no olvido era la marcialidad del empleado de ferrocarriles quien con un uniforme de gala y una gorra de plato que sólo usan los oficiales militares, pasaba por los vagones con una especie de perforadora de pinzas agujereando los boletos para inutilizarlos. Mi madre me llevaba a comer unas deliciosas milhojas de dulce de leche, para devolvernos por la ruta inversa a nuestra casa entrada la tarde. Luego me toco estudiar en un colegio cercano a la estación ferroviaria de la otra ciudad, en el puerto y muchas veces nos escapamos del colegio a jugar escondidas entre viejos vagones y locomotoras corriendo por los rieles abandonados. Nunca entendí como unos de los países más sísmicos del mundo junto con Japón, podía tener tantos trenes que cruzaban su enorme longitud y con un clima que pasaba desde un desierto en el Norte a Nieves eternas en el Sur. Siempre me pregunte porque en mi Venezuela los trenes sólo eran un accidente ocasional como el Tren de Ferrominera cerca de mi ciudad y que sólo sirve para transportar mineral de hierro a las empresas básicas y al Puerto del Orinoco, estamos en una de las zonas geológicas más antiguas de la tierra, el macizo Guayanés es un Cratón (Masa continental de tal grado de rigidez que no ha sufrido fragmentaciones o deformaciones por los movimientos orogénicos) En palabras sencillas vivimos sobre una enorme roca de más de 1.400 millones de años que no la mueve ningún fenómeno telúrico y así todo no contamos con una red ferroviaria suficiente para movilizarnos por el país. Pero hace tiempo surgieron unos trenes de los cuales no podemos sentirnos orgullosos. Organizaciones criminales que lentamente comenzaron a posesionarse de importantes áreas y control de negocios del país, primero surgieron como Sindicatos pequeño disfraz para darles algo de legalidad a organizaciones que bajo las amenazas y extorsión obligaban a la parte productiva a cancelarle sumas por protección y autorización para realizar ciertas labores. En la construcción no podías pegar un ladrillo si antes no negociabas con el sindicato y les incluías un porcentaje de sus miembros en tu nómina y les cancelabas normalmente como un trabajador más, pero lógicamente sin trabajar, los viernes a la hora de pago tenías al representante del sindicato recogiendo la paga de sus miembros en todas las construcciones y obras de tu ciudad, bueno eran varios sindicatos que se repartían la ciudad por zonas o labores. Al mismo tiempo se formaron los carros dentro de las cárceles, equipos de jefes que tomaban el control de la instalación sometiendo a la población carcelaria y cobrando la causa a los reos, una especie de peaje para garantizarles la vida y seguridad en el recinto. Ya en estos tiempos las armas de fuego habían tomado las cárceles y no era como en mi época que sólo se conocían los chuzos y punzones. La red de comunicación de las cárceles es más eficiente que el Mossad jajaja, tienen modernos equipos y conexiones satelitales que les permitió estar en contacto con todos los recintos penitenciarios del país y establecer redes más amplias y seguras que fueron llamados Trenes así surgieron el Tren de Aragua, El Tren del Llano, El Tren de Guayana y otra buena cantidad que asumieron la vigilancia, patrocinio y explotación de delitos como trata de blancas, juegos ilegales, tráfico de drogas, minería ilegal, contrabando y todo cuanto pudiese producir ganancias. Su rápida expansión fue saturando el país que producto de la crisis económica no ofrecía atractivos a una red ávida de recursos por lo que su expansión internacional era cosa de tiempo. Hoy su enorme impacto publicitario ha salpicado a miles de compatriotas que pagan sus facturas por sólo ser del país de origen de la organización y están siendo agredidos en sus derechos, deportados a un tercer país y sin garantizar su derecho a la defensa. No se puede meter a todos en el mismo saco, así seamos potencia ferroviaria. Seguiremos conversando. Claudiozamora06@gmail.com

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