María Corina zarandeo a todos los partidos en GUAYANA

María Corina Machado vino a Guayana y cumplió su agenda sin obstáculos. Demostró una fuerza electoral y política que superó las expectativas. Cada concentración, caravana o movilización popular se convirtió en un derroche de emociones. El grito de libertad, el retorno de los hijos de la patria y la necesidad de una transición política constituyen el elemento fundamental de un discurso sin planteamientos novedosos frente a un país en crisis. Su visita zarandeó al chavismo y a la oposición demostrando que tiene los votos, pero no la estructura política para cobrar una eventual victoria electoral.
Del desenfrenado antichavismo radical que invocó la intervención extranjera y solicitó la aplicación de sanciones contra el país ha surgido un liderazgo con una marcada madurez personal y política que la ubica en un neoliberalismo de centro derecha. Un hito político que asume el desafío de un pueblo profundamente descontento que encontró una razón para no rendirse y levantar la esperanza en un cambio de rumbo para el país. Su perseverancia ha despertado una sorprendente conexión con amplios sectores populares que le permite cabalgar en lomos del descontento popular atizando la emoción que provoca su presencia.
Ha logrado superar los traspiés y las trampas que le colocan rudos sectores de la oposición y el Gobierno Nacional para avanzar hacia su objetivo estratégico. Poniendo lo político por encima de lo ideológico, convoca a la reconciliación nacional y abre sus brazos a quienes fueron chavistas tratando de aglutinar las fuerzas necesarias para convocar la transición. Ahora defiende la “ruta electoral” e incluye en su minúsculo discurso elementos sociales que siempre despreció.


Desde una perspectiva política, su campaña es vacía; pura emoción. No se trata de una candidatura, la promoción a Edmundo González Urrutia es parte de una estrategia que va más allá de lo electoral para consolidar lo político. Las torpezas del PSUV la están convirtiendo en un símbolo que puede encarnar la esperanza de un pueblo que está pagando su lealtad con sufrimiento.
Inexplicablemente, la campaña de María Corina marca la agenda política de un PSUV que copia el diseño de sus encuentros populares y le sigue los pasos. Su presencia en el estado Bolívar desestabilizó a un alicaído chavismo que naufraga en contradicciones internas y rechazo popular. El PSUV y sus aliados no lograron entusiasmar a sus tradicionales seguidores y a pesar de la presión que ejercen sobre los empleados públicos y otras ventajas que facilita el control de las instituciones. En Ciudad Bolívar, quedaron reducidos a dos cuadras de una pequeña calle del casco histórico y en Puerto Ordaz quedaron arrinconados en el barrio “Colinas de Unare” con una escuálida concentración donde no hubo presencia de los trabajadores.
El paso de María Corina por San Félix encendió las principales comunidades y mercados populares. Los dirigentes del PSUV no se enteraron que le estaban ocupando la principal plaza política de Guayana y en El Callao enviaron dos sargentos políticos que no pudieron contener la emoción de un pueblo que ha sido muy maltratado. En Upata; María Corina selló una gira política victoriosa con mucho entusiasmo y una impactante concentración. No hay duda esta visita zarandeó al chavismo.
La visita de María Corina también demostró que, estructuralmente, en Guyana la oposición no existe. Los dirigentes regionales de las diferentes organizaciones demostraron que no tienen capacidad de convocatoria ni vínculos organizativos con sectores populares. No hay unidad orgánica frente al objetivo electoral y menos en el terreno de lo político. Todos son potentes aspirantes. Comandantes sin tropas ni cuartel Unos, desgastados por reiterados fracasos y otros confundiendo la política electoral con la lotería de animalitos. Sentados esperando el sorteo.
La oposición no aportó nada para el éxito de la visita de María Corina a Guayana. Se comportaron como espectadores sin acceso protagónico a la tarima. Sus expectativas fueron superadas y sus pretensiones de figuración frustradas. María Corina zarandeó a la oposición y demostró una particular conexión con los sectores populares y los trabajadores. Su presencia provocó un impacto social y desencadenó la movilización social con la fuerza de la emoción de la calle con un discurso sin contenido.
En Guayana, quedó claro que María Corina tiene los votos que puede endosar a Edmundo Gonzales Urrutia, pero no tiene la estructura política para cobrar la factura electoral.

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