«LOS NIÑOS MINEROS, EL TRISTE ROSTRO DE LA EXPLOTACIÓN INFANTIL EN BOLIVAR»
Por William Flores
Eleazar en un niño de 10 años de edad, su cara bastante dura y reseca por el pesado trabajo denota la tristeza y amarguras, bajo su brazo se acompaña de una batea y una pala, todos los días se levanta a las 4 de la mañana para barrer las puertas de algunos locales comerciales, mientras barre conversamos con :» Aquí en las minas todo se paga y se compra con oro, yo barro la puerta y alrededores de los negocios para recoger la tierra y lavarla, siempre a los que vienen a comprar se les cae alguna milésima y si tengo algo de suerte puedo conseguir y agarrar un punto, o 2 puntos de oro con eso compro algo de comida para llevar a mi casa a mi mama que cuida de mi papa que esta en una cama con las piernas fracturadas por un barranco que se le vino encima, yo trabajo la mina desde los 5 años, yo quisiera ir a la escuela y aprender como muchos niños de aquí pero no he podido sacar la cedula por no tener la partida de nacimiento, hay veces que quisiera quedarme en la casa acostado y jugando con mis hermanitos pero si no salgo a trabajar como comemos en mi casa», las zonas mineras al Sur del Estado Bolívar se han convertido en el destino final de muchas personas que vienen a ellas con la esperanza de lograr que la suerte los acompañe, mucha gente al ver un poquito de oro caen embellecidos y prácticamente se olvidan de todo lo que acontece a su alrededor incluso de sus familiares que quedan en otras ciudades, para ellos la grave situación del país no les importa, el sentido de solidaridad, de hermandad y de compasión por los demás no existe, en su mente no hay mas pensamientos las 24 horas del días que el oro, muchos de esos padres arrastran a sus hijos a ese mundo primitivo y salvaje dejándolos prácticamente a su suerte, el niño empieza a trabajar y ve al oro como lo máximo, como el único modo de vida que puede solucionar sus problemas y le pierden interés a la educación, muchos de ellos son entregados por sus padres o reclutados por los grupos armados para ser explotados laboralmente, para la prostitución infantil o para trabajar como » mulas» o vendedores de drogas, muchos de ellos terminan siendo asesinados o desaparecidos y sus familiares amenazados o expulsados de las zonas, cualquiera diría que esto es un extracto de una novela de ciencia Ficción pero no lo es, eso se ve a diario a lo largo y ancho del sur del Estado Bolívar donde ese territorio pareciera más bien ser una parte de Ruanda, de Somalía, Camboya y no una de las partes mas hermosas de Venezuela y sobre todo del Estado Bolívar!