EL QUIEBRE

Micro Análisis / Jesús Seguías
- Mientras muchos venezolanos están esperando que los “marines” se hagan cargo de acabar con el gobierno chavista, los “marines”mandan a decir que ellos ya cumplieron con su trato, y están esperando que los venezolanos cumplan con el suyo para rematar la tarea. Ese fue el trato entre la señora Machado con el secretario Rubio.
- MCM y quienes le acompañan informaron al Departamento de Estado que los mismos chavistas, especialmente los militares, se harían cargo de derrocar a su propio gobierno y de asumir el control del país. Hasta ahora, se desconoce cuál es su fuente de información.
- Lo cierto es que con esta estrategia la señora Machado reconoce abiertamente que el cambio en Venezuela ya no está en manos ni de ella ni de la Oposición sino del Chavismo mismo (“el cambio pasa por el chavismo, más no contra el chavismo”, como lo he dicho varias veces en varios años).
- Claro, la idea de MCM no es negociar formalmente un acuerdo ganar-ganar con todo el chavismo (propuesta de otros líderes opositores) sino con una parte de ellos, los que quieran tumbar a Maduro, y que le garanticen entregarle el poder a ella.
- La estrategia de la señora Machado consiste en apostar y estimular al “quiebre” del adversario, suponiendo con eso que todo terminaría en orden y sin caos, porque “el caos es Maduro”. Lo único que necesitaba la señora Machado para coronar con éxito su plan era que los Estados Unidos se comprometieran con dos aportes, los cuales serían los catalizadores del desenlace, “porque Maduro está más débil que nunca, y le quedan pocas horas en el poder”.
- El primer aporte de EEUU era crear una poderosa “amenaza bélica creíble” en el Caribe, acompañada -de ser necesaria- de algunos ataques militares tácticos a distancia (drones y misiles) y operaciones de comando élite, para aterrorizar a los “cobardes” militares venezolanos, y conminarlos a dar un auto golpe (¿es necesario recordar que ellos son parte integral del poder?).
- El segundo aporte de EEUU consistía en poner sobre la mesa 80 millones de dólares (monto de las recompensas) para sobornar a los “mercenarios” y “corruptos “militares chavistas para que traicionen y derriben a su propio gobierno.
- Lo que sí ha quedado muy claro, desde hace muchos años, es que los “marines” no van a ingresar a Venezuela para derrocar a un gobierno que no les gusta. Marco Rubio lo ha dicho muchas veces. Hasta la propia señora Machado admitió a Donald Trump Jr. que eso sería “una locura”.
- Después de dos meses de “amenazas creíbles” y de una millonaria paca de dólares para sobornar a los posibles rebeldes, aún los militares venezolanos siguen leales a su propio gobierno y a su comandante en jefe, Nicolás Maduro.
- El “quiebre” del chavismo propiciado por la señora Machado y otros líderes opositores ya lleva casi 12 años intentándose, y nada que se produce. El presidente Trump ya conoce esa historia. De allí su escepticismo. Falta poco para que el secretario Rubio lo comprenda también. El único quiebre que sí ha logrado la señora Machado es el de la oposición venezolana.
- Lo cierto es que, a estas alturas, nadie quiere asumir la tarea de derrocar a Maduro. No habrá ocupación militar extranjera (lo cual requeriría de más de 100,000 “marines”), ni aún se vislumbra un quiebre del chavismo. Por tanto, el conflicto entra en un tenso estancamiento. Hasta el portaviones Ford recibió órdenes de no seguir avanzando hacia Venezuela.
- Esto genera un terrible dilema en el gobierno de los Estados Unidos. Retirar del Caribe la temeraria y costosísima flota naval militar, sin haber obtenido ningún resultado tangible, sin ningún trofeo que lucir ante millones de estadounidenses escépticos, pone en tela de juicio por segunda vez la capacidad del presidente Trump para derrocar al gobierno de Maduro. La pregunta es qué viene a continuación.
Mañana lunes:
El Trofeo.
