EL AMOR COMO CONDENA
Por Claudio Zamora
@claudiozamora06

Mucha polémica ha generado las declaraciones de la secretaria de Seguridad de los Estados Unidos, Kristi Noem cuando reveló los detalles de una reunión con el presidente de Colombia Gustavo Petro en la cual critico abiertamente su política relacionada con el Cartel de Aragua para los cuales pidió “amor y comprensión”, afirmando incluso que tenía amigos dentro de esa organización. Lo primero que tenemos que puntualizar que el presidente colombiano surge del Movimiento Guerrillero M19 en su natal Zipaquirá en el cual se enroló a la edad de 18 años, a este movimiento que se pretende borrar su oscuro expediente se atribuyen 33 masacres en 10 años, 78 víctimas de minas antipersonal, más de 5mil atentados contra infraestructura del país, decenas de asesinatos selectivos de líderes civiles, 156 desapariciones forzadas debidamente comprobadas y más de 20 mil desplazados. Con esos antecedentes cualquier destripador de niños debe parecerle un osito koala. En nuestros años de Universidad nos tocó estudiar en Criminología las principales teorías que pueden resumirse a grandes rasgos en tres, la biológica, la sociológica y la psicológica, dentro de estas la que más escozor produjo fue la de Cesar Lombroso criminólogo y médico italiano nacido a finales del siglo antepasado y el cual afirmaba que la criminalidad está íntimamente ligada a causas físicas y biológicas, diferenciando entre los delincuentes locos y los locos delincuentes siendo estos últimos los dementes sin capacidad de entendimiento que cometen un crimen sin saber lo que hacen para diferenciarlos de los primeros que enloquecen después de cometido, este estudioso llegó al atrevimiento a describir rasgos físicos comunes en los delincuentes como cráneo pequeño, frente hundida o abultamiento de la parte inferior de la cabeza. A nivel psicológico, el carácter impulsivo, cruel, insensible y carentes de patrones morales. Junto con estos, están quienes atribuyen preponderancia a los factores sociales externos y sobre esto es más verificable por razones estadísticas, los niños de los barrios marginales que están más familiarizados con una pistola o una porción de drogas, que con el libro de lectura, serian más propensos a incursionar en el mundo criminal que los que crecen en un ambiente más distendido. Como quiera que sea vea, proponer dosis de amor a nivel de Risoterapia o Flores de Bach a unos desequilibrados que pican a sus victimas con motosierras o las entierran vivas bajo placas de concreto, es como pedirle al León hambriento en la selva que te quiere comer, que se sienten a conversar. La doctrina de los derechos humanos ha evolucionado al nivel de lo que podríamos llamar el “emparejamiento”, de una defensa extrema a los grupos discriminados y vulnerables como LGTB, delincuentes, enfermos terminales, desplazados, etc a un equilibrio entre los derechos de aquellos con los de la mayoría, que por muchos años permanecían congelados, privilegiando a estos grupos. Talvez Bukele ha sido uno de los primeros en entenderlo, un país que era de los más altos índices criminales en el mundo a ser uno de los más seguros en sólo cinco años, es palpable demostración de la voluntad política y la disposición para el logro de positivos resultados. Que hay que traspasar algunas líneas sutiles, por supuesto que sí, o ¿es que las pandillas de delincuentes tienen patrones morales que respeten? Las fosas comunes aparecidas en México dan cuenta de lo implacable que son estas organizaciones criminales, generando escalofríos centenares de zapatos de todos los tamaños como mudos testigos del exterminio de sus propietarios. Hay irrecuperables y debemos convencernos que la única solución son su exclusión permanente del entorno social con la disciplina y rigidez compatible con sus conductas delictuales. Una placa de aluminio como cama, un short y ropa interior, unas sandalias y un total confinamiento es poco castigo para quienes mataron y violaron sin compasión. No se pueden premiar con discotecas y casinos dentro de las cárceles. No me imagino a Al Chapo o Pablo Escobar en una capilla leyendo versículos y recibiendo terapias de amor, salvo que las imparta Petro en persona. Seguiremos conversando. Claudiozamora06@gmail.com
