Carta a UNT

Por: Jeremy
Santamaria

Me dirijo a mis compañeros en uno de los momentos más críticos de la historia de nuestro país, dadas las circunstancias que nos envuelven. Desde que inicie esta travesía por el partido Un Nuevo Tiempo lo hice con la más firme convicción de defender la democracia y sus postulados, todo esto bajo la consigna de lograr la libertad, la democracia social y la reinstitucionalización de Venezuela, durante tres años luché y aporté con constancia y perseverancia estrategias y propuestas para la mejora de nuestra organización política, todo esto con la convicción de lograr a través de la presión democrática una salida pacífica a la crisis actual que nos ha mantenido en zozobra, no fue así, pues el miedo a carcomido los espacios más valientes que una vez tuvieron para hacerle frente a esta realidad política en donde nuestra organización estaba llamada a ser el epicentro del encuentro sano para lograr la transición tan anhelada.
Jamás pensé que las pasiones personales o políticas pudieran desbordarse de manera semejante con el único propósito de hacerse de situaciones que van en contra incluso de nuestra propia ideología, más grave aún es no practicar lo que se predicó aun a sabiendas que muchos ciudadanos tenían en su corazón y mente la idea de que el camino que estaba tomando esta organización política era el correcto, pero no fue así. Han guardado silencio frente a la barbarie del gobierno.
El partido Un Nuevo Tiempo ha cambiado mucho su forma de hacer y ver la política, se perdió la esencia de luchar y combatir sin cuartel hasta lograr los objetivos que en algún momento compartimos y con los cuales me vi identificado, reconozco con inmenso dolor esta realidad y no solo porque he intentado cambiarla sino porque este es un síntoma y un signo de extrema gravedad, de algo que no desaparecerá de la escena política porque simplemente han preferido guardar silencio, si no cambia esa forma tan vil y desmedida esta seguirá afectando de manera dramática al país.
Siempre he asumido y asumiré los riesgos que sean necesarios para defender la libertad y la democracia pero sobre todo para que Venezuela recupere su dignidad ante cualquier escenario, así fui formado por mi abuela y mi madre y no pienso renunciar a mis principios.
Me equivoqué al suponer que todos actuábamos con honestidad y transparencia, pero como no soy un acumulador de resentimientos he tomado la decisión de RENUNCIAR a la militancia partidista de esta organización política.
Me siento orgulloso de haber acompañado a los jefes de mi partido a lo largo de este tiempo, reconozco con humildad y sencillez que tuve una conducta digna y leal con cada uno de mis compañeros de partido a quienes estimo y aprecio.
Fue un honor servir, quiera Dios y de verdad espero de todo corazón se pueda civilizar la forma de hacer política y que el rencor y los odios personales no determinen el curso de esta historia.
*Concejal Jeremy Santamaría*

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