Feliz cumpleaños Querida María Victoria,

Hoy llegas a tus 18 años, y con ello a una etapa que marca el inicio de tu vida como mujer. Es un momento lleno de significado, porque aunque ahora te veo fuerte, madura y lista para conquistar tus propios sueños, en mi corazón siempre serás aquella bebé que nació y que tuve la dicha de tomar por primera vez en mis brazos. Ese instante fue el comienzo de la aventura más hermosa de mi vida: ser tu guía, tu compañía y tu refugio.

Recorrer contigo este camino hasta hoy ha sido increíble, lleno de momentos que guardo como tesoros: tus primeras sonrisas, tus pasos inseguros que se convirtieron en carreras valientes, tus palabras que se transformaron en conversaciones profundas, y tus sueños que poco a poco fueron tomando forma. Cada etapa ha sido una aventura, un viaje que me ha enseñado tanto como a ti, y que me ha mostrado la belleza de verte crecer.

Hoy, al mirarte, veo a una mujer que inspira, que brilla con su propia luz, que se atreve a vivir con pasión y esperanza. Pero también sigo viendo a mi pequeña María Victoria, la que me enseñó lo que significa amar sin medida. Esa dualidad es lo que hace que este día sea tan especial: celebramos tu presente y tu futuro, sin olvidar la ternura de tu origen.

Gracias por estos 18 años de amor, de aprendizajes y de aventuras compartidas. Estoy orgulloso de ti y emocionado por todo lo que vendrá. Que este nuevo capítulo esté lleno de sueños cumplidos, caminos por descubrir y la certeza de que siempre tendrás en mí un abrazo que te recuerda que eres, y siempre serás, mi hija amada.
Con todo mi amor, TU MAMI ANA MARIA.