TIPS DE ELIAS ROJO…

1.- ALISTAMIENTO NACIONAL Y GUERRA DE 100 AÑOS COMO DOCTRINA DE GUERRA PROLONGADA. El presidente Nicolás Maduro activó el Plan Independencia 200, con ejercicios en 312 unidades militares y 284 frentes de batalla, movilizando a la FANB, la Milicia Bolivariana y los Cuerpos Combatientes. Más de 5,2 millones de ciudadanos se han registrado en el alistamiento presencial y digital, ahora habilitado de forma permanente a través del Sistema Patria. Se consolida una lógica de defensa no convencional, donde el pueblo organizado, los comuneros y los milicianos son parte del tejido defensivo. La frase “100 años” no describe una guerra literal, sino una advertencia simbólica que busca disuadir cualquier intervención extranjera. Unión cívico-militar-policial. Se refuerza la cohesión entre sectores populares, FANB y cuerpos de seguridad como base de soberanía. Si EE.UU. intensifica su presencia naval o propicia nuevos ataques, Venezuela podría activar fases superiores del apresto operacional, incluyendo movilización territorial y cierre de espacios estratégicos. Si la narrativa logra disuadir sin confrontación directa, se consolidará como doctrina de defensa prolongada, con énfasis en soberanía comunicacional y legitimidad interna. Si el alistamiento no logra cohesión nacional, la narrativa podría perder fuerza y abrir espacio a presiones externas. Es una guerra no convencional con estrategias innovadoras.
2.- El ESEQUIBO Y BOLÍVAR COMO COLUMNA VERTEBRAL DE LA SOBERANÍA TERRITORIAL. El Esequibo abarca cerca de 160.000 km², una superficie mayor que Portugal, con reservas de petróleo, gas, oro, coltán, agua dulce, madera y biodiversidad clave para el futuro energético y ecológico de la región. Su salida al océano Atlántico conecta directamente con rutas marítimas globales, lo que lo convierte en un punto de interés para potencias como EE.UU. y China. Venezuela ha declarado al Esequibo como “territorio de altísimo nivel estratégico” y avanza en su integración política, incluyendo la elección de un gobernador para la zona. Bolívar es el estado que articula la transición entre el territorio nacional y la zona en reclamación. Su infraestructura, cuencas fluviales y capacidad organizativa lo convierten en el centro operativo de cualquier despliegue soberano. Bolívar alberga parte del escudo geológico más antiguo de América del Sur, con minerales estratégicos y reservas hídricas que sustentan el Arco Minero y la soberanía energética. Desde Ciudad Guayana hasta Tumeremo, Bolívar concentra una historia de lucha sindical, organización popular y defensa territorial, que hoy se reactiva frente a amenazas externas. Si Venezuela logra consolidar la narrativa soberana y avanzar en la institucionalización del Esequibo, Bolívar será el centro de articulación logística, simbólica y comunicacional. Si se intensifican las tensiones con Guyana y actores externos, Bolívar será el primer frente de resistencia. La activación de comunas, milicias y cuerpos combatientes en Bolívar puede convertirse en modelo de defensa integral para el resto del país.
3.- LA OPOSICIÓN ANTE LA AGRESIÓN DE EEUU: ¿SILENCIO TÁCTICO 0 POSTURA ESTRATÉGICA? Mientras el gobierno venezolano activa la operación Independencia 200 con más de 284 frentes de batalla y moviliza a millones de ciudadanos en defensa territorial, la oposición se encuentra en una encrucijada. ¿cómo posicionarse frente a una amenaza externa sin legitimar al gobierno que adversa? Algunos sectores opositores han optado por no pronunciarse directamente sobre el despliegue militar estadounidense, evitando quedar alineados con una intervención extranjera. Este silencio puede interpretarse como cálculo político, pero también como desconexión con el sentir nacional frente a la soberanía. La oposición no presenta una postura unificada. Mientras figuras moderadas llaman a evitar la confrontación, sectores más radicales insinúan que la presión externa podría acelerar un “cambio de régimen”. Esta división debilita su capacidad de incidir en el momento geopolítico. Otros actores intentan construir una narrativa alternativa. Rechazan la agresión externa, pero exigen reformas internas profundas. Un enfoque que busca recuperar legitimidad ante una ciudadanía que valora la soberanía, pero también demanda justicia y transformación institucional. Si la oposición logra articular una postura soberana, crítica y propositiva, podría reposicionarse como actor nacional legítimo. Si persiste el silencio o la ambigüedad, podría quedar marginada frente a una ciudadanía movilizada por la defensa territorial. Si sectores opositores se alinean abiertamente con intereses foráneos, podrían perder aún más legitimidad interna y consagrarse como agentes de fuerzas invasoras. La oposición necesita comenzar a pensar en el país.