Opinión

¿Amigo o Enemigo?

¡Donald Trump No EsTan Loco!

En el golpe de timón de esta semana…

Las fraudulentas elecciones ganadas por Donald Trump han traído olas de profundo análisis y pronósticos, Venezuela en la mira y por supuesto que hará Trump con respecto a Venezuela, una vez que vuelva a Washington, está vez, a diferencia del 2021, sin necesidad de llevar «comandotes» armados de tipos con cachos de vikingo, ya los extremos son muy claros: unos dicen que tan pronto esté sentado en la Casa Blanca, el nuevo presidente retomará sus planes de colapso contra Venezuela, de los que se ha ufanado públicamente y vendrá a completar el robo que dejó inconcluso de nuestro petróleo y de todos los demás recursos que yacen en esta privilegiada tierra, desde el otro extremo, no falta quien jure que Trump será el nuevo mejor amigo de Maduro, en una maniobra de apaciguamiento parecida a la que aplicó con Kim Jong-Un, para asegurar que los coreanos del norte no se pusieran a disparar misiles a lo loco y detonaran el Armagedón, naturalmente, en el caso de Venezuela, las causas son menos dramáticas, más relacionadas con los negocios y el dominio geopolítico de territorios, argumentan que Trump tratará de evitar que los rusos, los chinos y otras potencias emergentes se queden con lo que, según toda la élite gringa, es propiedad suya, de ellos y de nadie más, ya como un detalle personal del excéntrico líder, alegan que él es un macho alfa, que admira y prefiere a otros machos alfa y desprecia a los débiles, así que ha terminado por ser madurista, luego de aquel infortunado intento de insuflarle energías a Juan Guaidó, quien sí las tenía, pero no para ser líder contra el chavismo, sino para robar sin descanso, otras lucubraciones muy hiperbólicas sobre Venezuela son las relacionadas con los migrantes, en este punto funciona aquello del «el muchacho que es llorón y la mamá que lo pellizca», durante la campaña, Trump dijo que va a realizar la mayor de las deportaciones masivas de la historia y demostró tenerle el ojo puesto a los venezolanos, basándose en la convicción de que Maduro exportó (en pleno bloqueo, ¡vaya qué ironía!) malandros nacidos y criados acá, manufacturados por al Tren de Aragua, el Tren del Llano o por las bandas de «el Koki «o «el Wilexis» y otras corporaciones de fama internacional, «pura calidad» según ellos, allí es donde los vaticinios se ponen picantes porque esa operación de expulsión de ilegales es casi seguro que afecte primero que nada a los migrantes que llegaron a Estados Unidos sin documentos, pero que no son delincuentes comunes ni tampoco de cuello blanco, como los líderes del «exilio», si todo ocurre como de costumbre, mientras que los choros de una y otra especie se las arreglarán para seguir allá en sus andanzas, los menos avispados, los que quemaron las naves acá y se fueron por el Darién, atravesaron Centroamérica y México, pagaron a los coyotes, cruzaron el río Bravo a nado y se han escabullido de la Migra, terminarán de patitas en quién sabe cuál calle, pero no las streets ni en las avenues imperiales, entonces si eso pasa, se dará una situación dolorosa y discordante: muchos de los venezolanos expulsados serán personas que querían que ganara Trump porque acabaría con el gobierno de Maduro y lo que hará será acabar con su individual sueño americano. Y, más que discordante, terrible: esta medida será aplaudida por connacionales de los deportados que ya son o se creen gringos, sobre este ítem, más que análisis, podemos hablar de deseos y de campañas de medios y redes para promover determinados aspirantes, las olas provenientes de la ultraderecha no pueden ser más escalofriantes o asqueantes, según como se le mire, es como pasear por el Museo de la mafia de Las Vegas, la gran esperanza de los venezolanos mayameros y afines es que Trump nombre a Marco Rubio secretario de Estado o secretario de Defensa, Calcule ustedes, en lo que respecta a Venezuela, el orgullo de Trump ha de estar herido porque en esos cuatro años aplicando “máxima presión” no logró el proclamado cambio de régimen, pero, sobre todo, debe estar maltrecho porque la dirigencia opositora con la que se entendió en su anterior mandato resultó ser cobarde, corrupta e inepta, ejercen la típica doble moral: pueden pasar por alto los grandes crímenes de lesa humanidad cometidos por el mismo Trump al bloquear a Venezuela (de los cuales también está confeso).

Me despido con este golpe de timón justo y necesario para nuestra revolución.

Hasta la victoria siempre…

Jesús Linarez Comunicador Alternativo y Generador de Contenidos.

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